Neyssa Calvo Achoy
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Una verdadera caja de sorpresas resultó ser Alejandra Portillo, la actriz que dejó abierta su puerta y reveló algunos de sus sueños y la forma de ver la vida.

Su rostro es conocido por el personaje de Azucena que interpreta en el programa de “La Pensión”, de canal 7.

Sin embargo, pocos saben que Alejandra es capaz de luchar porque las casas antiguas no sea derribadas, si pudiera se llevaría a su hogar a todos los gatos de la calle y está ahorrando porque cuando cumpla los 40 años (le faltan dos años), quiere estar en París.

Incluso desde hace poco estudia francés para romper la barrera del idioma.

Es una mujer dinámica, enamorada de todo lo que hace, así como de sus dos hijos: Camila, de 11 años, y el varón de la casa, José Pablo de 16.

Ella es de las que inculca en su casa el reciclaje, ahorrar energía y evitar el desperdicio del agua.

Una actitud que reforzó luego de hacer el papel principal en la obra “La loca de Gandoca” donde cuentan la vida de una mujer que enfrenta a la burocracia, empecinada en fomentar el turismo a costa de la naturaleza.

“Su lucha (se refiere al personaje que interpretó) me abrió los ojos ante un nuevo panorama donde se puede hacer una diferencia con hechos tan simples como sembrar un árbol”, comentó la actriz.

El teatro es otra forma de aportar su grano de arena y combatir la ignorancia, dice convencida.

Su amor por el arte aclara, lo trae en las venas. Su abuela Lidia Espinoza, hizo carrera en las tablas, así como su papá Óscar Portillo, pintor, crítico de cine y experto en música clásica.

Recuerda que de pequeña se la pasaba metida en los camerinos junto a su querida abuela.

La herencia es tan fuerte que ya su hija Camila ha incursionado en el teatro.

Sus hijos saben lo que se vive tras el telón por gusto, y también por necesidad porque en más de una ocasión tuvieron que aguardar ahí hasta que ella terminara una obra.

Alejandra es divorciada y para sacar adelante a la familia se apoyó en su padre y abuela. Su mamá falleció cuando ella tenía 11 años.

Bien sabe que la vida a veces se puede poner de cuadritos, pero no por ello deja de tener sueños y perseverar hasta hacerlos realidad.

Uno de sus máximos sueños y por el cual ahorra, es para llegar a ver y escuchar a las ballenas en el mar.

“Yo adoro las ballenas porque creo que son seres mágicos y su canto es celestial.

Cuando las vea me puedo morir ese día, porque seré muy feliz”, señaló Portillo.

Sentir la brisa del mar y el calor sobre su piel es algo que también la hace soñar tanto a ella porque sus hijos, dice: “Me piden a gritos que vivamos en la playa. A mí me gustaría tener una cabaña y ver el atardecer todos los días, en Guanacaste”, agregó.

Sin embargo, debido a su trabajo debe vivir en San José.

Una ocupación que la envuelve y la apasiona porque en cada actuación trata de ser la mejor al sumergirse en el personaje.

De su novio, no habla mucho. Tan solo asegura que tienen una buena relación y que cada vez que pueden se escapan a “mochilear” por algún rincón del territorio nacional.

Su corazón es libre y no le tienen miedo al que dirán mientras le de paz interior.

Precisamente, buscando esa tranquilidad decidió incursionar en la danza del vientre y sentir como la música hace bailar su cuerpo por horas.

Desde hace tres años aprende los movimientos y en un futuro no muy lejano desea compartir lo aprendido con otros. Además le gustaría incorpor a la técnica todos sus conocimientos adquiridos en el teatro.

Sin paredes

Lugar: Compañía Nacional de Teatro

Amor gatuno

Los gatos la enloquecen, pero sólo tiene una a Pitina.

Maestra

La actriz Sara Astica, fallecida, le enseñó lo que sabe del teatro.

Carrera

Suma desde el 90 a la fecha un total de 27 obras realizadas. Ha estado en teatro, cine y televisión.

Un amigo

Pablo Rodríguez, el novio de Azucena en “La Pensión”, se ha convertido en su gran amigo.

Premio

Este año recibió el premio nacional como Mejor Actriz Protagónica en “La rosa de dos aromas”. Honor compartido con María Chaves.