Isaac Lobo
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Rodrigo Kenton tiene la profesión del 90 por ciento de la población de Costa Rica: es entrenador de fútbol.

Él debe enfrentarse a todos los “sabelotodos” que dicen conocer sobre el deporte que despierta pasiones en Tiquicia.

Hoy es héroe, pero sabe que en un futuro podría ser villano y esto no le preocupa. Vive su vida de forma tranquila y se ocupa también de otras facetas, como coleccionar billetes y de vez en cuando cocinar.

Tranquilo y de voz pausada se considera enamorado de su esposa, aunque más de una admiradora confiesa su amor por este estratega.

¿En este país todos somos entrenadores?

Sí, siempre le dicen a uno que ponga a este o al otro, ojalá pudiera complacerlos a todos.

¿Siempre le hablan de fútbol, aunque no quiera?

Siempre cae el tema, aunque muchos amigos tratan de evitarlo. Me preguntan curiosidades y la verdad mi vida es fútbol y no me molesta hablar sobre eso.

¿Colecciona algo?

Sí, billetes y tarjetas de hotel. Antes coleccionaba estampillas.

¿Cuál gana?

La de los billetes, compañeros de FIFA me las regalan, tengo de todo el mundo. Tengo unos muy bonitos de Nigeria. Los que me sobran los intercambio.

¿Es bueno para la cuchara?

Sí, el “rice and beans”. Pero ahora lo hace mi señora, le enseñé y ella me ganó. Antes cocinaba mucho, pero ya no tengo tiempo.

Usted manda en la cancha, ¿pero en la casa?

Bueno, compartimos las ideas de la familia y de la casa. Floribel Fabel Cartin, es la organizadora de los eventos, ella es la que me planea la agenda.

¿En que países ha estado?

Me faltan pocos por conocer. Me impresionó mucho Canadá.

¿Le salen admiradoras?

Ah, que va, a uno lo ven muy gruñón, muy ogro. A los entrenadores no nos salen.

¿Qué habría escogido en lugar de ser técnico?

Me habría gustado estudiar Medicina.

¿Es bailarín?

Al son que me tocan bailo, como buen limonense, algo le hago.