Antonio Alfaro
analfaro@aldia.co.cr

Es noche de sábado. Los jugadores aún sudan la derrota, la impotencia. Encerrados en el camerino, unos miran al piso, otros a la nada. La noche aún no termina, será larga para algunos.

Viene otro trance difícil: responder preguntas, recibir críticas, aguantar más palo. ¿Quién da la cara en nombre de todos? Hay varias manos levantadas, entre ellas la de Froylán Ledezma.

Ese a quien el mote de “Cachorro” ya le queda “picapollo”, ningún carajillo, especialista en roces con periodistas, coleccionista de desplantes, retos, matonadas, discusiones sin remedio, irrespetos, “enjaches” para ser más exactos, incluyendo dos con este mortal. No parecía precisamente el más indicado para ser el vocero de la “Sele” en un momento crítico.

¿A quién se le ocurre? –pensaría más de uno–.

“Queremos evitar polémicas. Es un momento difícil”, comentó Ledezma con un discurso que hasta sonaba extraño de su boca, explicando por qué solo unos cuantos jugadores darían declaraciones. Un par de preguntas medio complicadas y volverá el “Cachorro” de siempre –pensaría más de uno con sobradas razones– pero Froylán se mantuvo en sus cabales y hasta se dio el lujo de bajar los ánimos entre el periodista y un dirigente que intervino al parecer en su auxilio.

“Precisamente eso es lo que queremos evitar”, medió Froylán. El “Cachorro” no es ni será santo de mi devoción, pero sería mezquino no reconocerle el logro.