Patricia Recio G.
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El país entero se conmovió la semana pasada cuando trascendió la noticia de dos niños asesinados por su propio padre.
Jafeth y Keneth Loaiza Mayorga, de 7 y 3 años, pagaron las consecuencias del desequilibrio de su progenitor y los problemas sentimentales que tenía con su madre.
Jorge Loaiza acabó con la vida de sus dos hijos, después se suicidó y sembró luto en familiares, amigos y vecinos de El Carmen de Goicoechea, el lunes anterior.
El caso abre enormes interrogantes. ¿Cómo evitar que los celos cieguen a una persona y la lleven a decisiones fatales?, ¿cómo darse cuenta de situaciones en curso que pueden desembocar en una tragedia?, son algunas de ellas.
Alexandra Gómez, psicóloga de Enfoque a la Familia, advierte de señales que de ser percibidas a tiempo, podrían evitar hechos tan lamentables.
“Generalmente notamos personas con poca tolerancia a la frustración y estallan con cualquier situación relacionada a la pareja”.
Explicó que estas personas “no soportan” que las cosas no salgan como las piensan o quieren, y pierden el control de sus emociones.
Esto último puede ser la causa de tragedias donde las víctimas son los hijos de la pareja.
“La ira nos impulsa a actuar de manera irracional, de ahí se desencadenan todos los tipos de abuso”, dijo Gómez.
En lo que llevamos del año, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) ha atendido 12.364 denuncias de agresión a menores por parte de sus padres.
Detrás de esa cifra, hay rostros de dolor, como los de aquellos niños que han sido testigos de crímenes de sus madres o que sufren las amenazas de sus papás.
En otros casos, menos fatales pero no menos graves, el agresor utiliza a los pequeños con el fin de sacar información e incluso para “amarrar” a la víctima y que continúe a su lado.
Cortar todo vínculo con el agresor en situaciones como esas, es la principal recomendación que brinda Gómez.
“El ciclo de la violencia doméstica me dice que tras un periodo de agresión, viene el perdón y la reconciliación, pero después de un tiempo se repite la misma historia”, agregó la especialista.
Advirtió que la idea de que el agresor va a cambiar es lo que hace empeorar situaciones de violencia doméstica.
“Una persona que es agresora nunca va a cambiar”, dijo.
“Hay señales y acontecimientos que son como luces y que muchas veces no vemos”, agregó. Lo mejor, según recomendó, es alejarse y buscar ayuda.
Sin embargo, para muchas madres el lazo con sus hijos es lo que las mantiene al lado de su pareja.
¿Cómo explicarle a los pequeños que es necesaria la separación para evitar una tragedia?
Lo más importante es ser honestos con los hijos. “Debemos decirles que él sigue siendo el padre y que es necesario que lo dejemos porque nos hace sufrir mucho”, sugirió.
Siempre es fundamental que ella y los niños reciban ayuda de un profesional.
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