Réiner Montero, corresponsal GN
Rodolfo Martín
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Pococí, Limón.- Hoy, precisamente un año atrás, Nathalia Villalobos Castillo cumplió 34 años y salió a festejarlos con una amiga a un centro social en Guácimo.

Su expareja en aquel entonces, con quien tenía dos meses y medio de haber roto, irrumpió sorpresivamente en el lugar, la tomó por el cuello y le causó –entre otras seis puñaladas– una herida de nueve centímetros en el cuello que estuvo a punto de degollarla.

El hombre, un ingeniero agrónomo de apellido Camacho, fue condenado el viernes pasado a 10 años de cárcel por esta tentativa de homicidio.

Antes había sido sentenciado a seis años, pero una apelación obligó a la celebración de este segundo debate donde Villalobos suplicó por la absolutoria de quien estuvo a punto de asesinarla.

“No perdoné por necesidad, no perdoné por su dinero, perdoné porque lo amo”, reiteró la mujer ayer frente a su casa en Anita Grande, en Río Jiménez.

A su criterio, Villalobos no la atacó porque ella lo hubiera dejado e impuesto medidas cautelares, sino debido a que sufría de “grandes depresiones porque se había quedado sin trabajo”.

Calificó al hombre como “un padre amoroso y un buen compañero”, según dijo ayer.