Franklin Arroyo González
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Un exempleado de un taller mecánico ganó un pleito a la empresa que lo despidió en el 2005 por haberse negado a trabajar horas extras.

La empresa deberá pagar al demandante ¢4.741.666, según informó ayer el Poder Judicial.

Al exempleado le dijeron que debía quedarse a trabajar más tiempo de los 45 minutos que por propia voluntad ya se había quedado como horas extras, pues la carga laboral era mucha, pero el hombre indicó a su jefe inmediato que se iba a retirar.

“Sus labores no se centraban en el trabajo que realizaría esa noche el taller, sino en enlistar los vehículos y señalar el trabajo a realizar a cada persona. Labores que ya había cumplido”; dice el comunicado. Al día siguiente fue despedido. Según el fallo, se echó de menos el propósito de tener por configurada la falta, pues se requiere una amonestación o un apercibimiento previo.