Felipe Arrieta, colaborador y agencias
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Macaulay Culkin, recordado por la saga cinematográfica “Mi Pobre Angelito”, es una prueba fehaciente de lo difícil que es hacerse mayor en Hollywood. Con 30 años recién cumplidos, es hoy un rostro olvidado para una industria cruel y en constante movimiento.

Al igual que él, muchos niños prodigiosos al dar el paso a la vida adulta no logran el éxito, tal es el caso de Gary Coleman, Jason James de “Liberen a Willy” y Barret Oliver de “La Historia Sin Fin”.

Nuestro medio no es la excepción, Rodrigo Villalobos, quien alcanzara reconocimiento en el programa infantil “RG Elementos” es una clara muestra de lo duro que es la transición de niño a adulto.

“Ha sido difícil porque la gente me sigue viendo como niño, no me molesta, pero quiero mostrar las ideas del Rodrigo adulto que son muy distintas”, dijo Villalobos.

Pero cuáles son las variantes que no dejan que estas pequeñas personalidades continúen en la cima al crecer.

Según Ana Castillo, directora comercial de La Zaranda son varios los motivos.

“Los niños no se preparan para seguir con una carrera artística, también la gente los encasilla en un papel infantil del que les cuesta salir después”, expresó Castillo.

El productor José Mairena agregó a estos factores que muchas veces el niño no se da cuenta que el éxito es del personaje y no del actor, por lo que las industrias cinematográficas los desechan al crecer.

Otro punto que destacó Mairena es que aunque el actor se desprenda del papel, el público no lo hace.

“La gente es muy dura, ellos asimilan crecer pero la gente no”, dijo el productor.

Para el sociólogo Román Madrigal esto sucede porque muchas veces el público ve en el pequeño actor el hijo ideal y al crecer pierde ese encanto.

Ella creció y tuvo éxito

Entrevista a Rocío Carranza, actriz

¿Cómo se puede enfrentar la transición de niño a un adulto con éxito?

La razón por la cual a mí no me fue díficil, es por la familia que tengo, también terminé mis estudios en actuación.

¿La preparación es la clave?

Eso y además del núcleo familiar que se tenga, porque siempre tuve de amigos a mis papás, en muchos casos los padres son los que entran en el escándalo y el niño se vuelve un producto.

¿Cómo hizo para que no la encasillaran en el papel de “El Barrio”?

Todavía mucha gente me dice Rocío la de “El Barrio”, pero he trabajado en muchos papeles y trato de dar un mensaje positivo para que conozcan al ser humano y no solo al artista.