Meylin Aguilera, colaboradora
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Hospital de las Mujeres.- Era exactamente la medianoche, del 31 de diciembre pasado, cuando Reynaldo decidió salir al mundo, apoyado por la valentía de su madre, Darling Centeno, en el Hospital de las Mujeres, también conocido como la Maternidad Carit.

En medio de gritos, sangre y dolor, la vida se manifestaba frente a mis ojos al ver a estas mujeres traer al mundo a sus hijos. Fue una experiencia increíble.

Nunca me imaginé pasar un fin de año en una sala de partos con doctores y enfermeras. Vestida con un traje verde, cubrebocas y un gorro en mi cabeza.

Llegué a la maternidad a las 10:50 p.m. Desde que caminaba en los pasillos escuchaba los gritos de las madres. Para mi era algo totalmente desconocido.

Como llegué una hora antes de la medianoche me quedé sentada en una banca para esperar el primer bebé del año.

Sin embargo, a los minutos me hicieron ingresar porque habían varias mujeres que estaban a punto de dar a luz.

Fue rápido. La bata verde, cubrebocas, el gorrito y para adentro. No había tiempo que perder.

A las 11:05 nació Stephen Corrales. A su madre, Stephany Fletes, vecina de Aserrí, le hicieron cesárea. La encontré en el pasillo dándole de mamar al pequeño.

Esto apenas estaba comenzando. De inmediato pasé a una sala donde estaba Darling Centeno. Parecía angustiada. A su lado , su esposo, Nasmin Larios tomándole la mano, dándole ánimo.

Darling empezó a pujar. La doctora, Pilar Bogantes le indicaba como debía respirar. Ella se agarraba fuerte de las barandas de la cama.

De pronto, a la medianoche, el pequeño Reynaldo asomaba su cabeza. Era el primer bebé del 2010. En la sala había alegría. Otros enfermeros se asomaban. “Qué bebé más exacto”, decían.

La doctora sacó a Reynaldo con cuidado. Le impiaron la sangre, el cordón umbilical que todavía lo unía a la madre y al hijo, ¡la vida frente a mis ojos!

Tendida en la cama estaba Darling, sin fuerzas, cansada. Sin embargo, apenas tuvo al bebé entre sus brazos su cara cambió, se iluminó y las fuerzas volvieron.

Reynaldo no solo era el primero del año, también es un nuevo comienzo en la vida de sus padres y una esperanza para el país.