Isaac Lobo
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Al parecer para los habitantes de Jacó este 7 de febrero es como un domingo cualquiera, otro domingo como los tantos que da el año, ni el clima caliente sirvió para calentar las elecciones de este lado de la costa Pacífica.

La gente se paseaba por las calles como es común en este sitio en bicicleta o sin camisa, en pantaloneta y con la tabla de “surf” colgando del brazo, lo que pronostica urnas vacías pues así es; mientras los centros de votación están tristes por la ausencia de votantes la playa se mantiene con su alegría dichosa que los vacacionistas pisen su arena.

Quizás si las urnas estuvieran ubicadas en la playa los habitantes de Jacó se animarían para hacer valer su derecho de ir a votar.