Esteban Rojas Sáurez
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El brillo del sol era intenso, pero la mañana tardó en calentar en San Gabriel de San Marcos de Tarrazú.

Llegamos temprano a esta comunidad clavada en las estribaciones de los Santos a ser testigos del inicio del curso lectivo.

A las 6:30 a.m. Cristian Sevilla se prepara.

Va para segundo grado. La felicidad se refleja en su rostro, porque además, está cumple ocho años.

Primero la camisa, luego el pantalón y los zapatos bien lustrados. Su madre, Rosa Zeledón, lo ayuda a vestirse para que ninguno de los dos llegue tarde.

Atrás queda la canasta de coger café; hoy toma un bulto, cuadernos y un lápiz.

Su madre, de botas puestas y la canasta como un testigo silencioso que la apura para que vaya a los cafetales de San Gabriel.

Un “se porta bien”, un beso y el adiós de ella a él.

A pocos metros encontramos a Lester López, de 10 años y a su mamá María Evelia Rojas.

“Él es uno de los mejores promedios de la escuela y tiene beca”, nos dice llena de orgullo.

La matrícula en la escuela San Gabriel no llega a 18 estudiante, pero ayer sólo se presentaron nueve.

No fue inconveniente para que diera inicio el curso lectivo.

El fervor con que los niños cantaron el Himno Nacional calentó la mañana.

Y, además, una oración con su maestra Laura Solano, de esta escuela unidocente.