Antonio Alfaro
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Como ese mural pintado en una de las paredes del estadio “Big Boy”, Limón y Kurt Bernard están cambiando el blanco y negro por el color.

Él está con su equipo, en su momento. Y aunque se trata de la Segunda, asegura sentirse a gusto. Lleva cuatro goles en tres juegos, pero no admite ser el referente del equipo. “El referente es Limón. En un partido aparecen otros jugadores y en unos aparece Kurt”. Quizás tiene razón. El cuadro caribeño también arrancó con todo el torneo: tres fechas, tres victorias, doce goles.

Mientras tanto, Kurt le saca “provecho en lo futbolístico y personal”, de nuevo con toda la familia, topándose a los amigos de infancia. No menos a gusto se siente en la cancha. A sus 32 años quizás no sea el jugador que recorre la cancha -nunca lo fue-, pero sí el que se mueve un par de metros y está desmarcado. “Trato de aprovechar los espacios”.

La puntería también sigue de su lado, con un tiro libre anotado y un penal, como parte de sus cuatro festejos. Él solo espera seguir aportándole a un Limón que está anotando y soñando.

Espinita

“El equipo quedó con hambre de hacer lo que no pudo en el torneo anterior. Estamos contundentes”

Kurt Bernard, atacante de Limón