Jueves 18 de febrero de 2010, San José, Costa Rica
Nacionales | Pido la palabra
Cuando un amigo se va

Roxana Zúñiga Quesada, periodista
ropazu@racsa.co.cr

Perdón. Sé que este espacio no es para abordar temas personales, pero hay ocasiones en que se debe imponer la excepción. Una gran amiga ha partido a reunirse con Dios y me gustaría contarles algo sobre Blanca Amaya.

Nunca había conocido una persona tan íntegra y honesta. Nunca había tratado con alguien tan solidario, responsable y preocupado, genuinamente, por los problemas nacionales.

Con metódica paciencia supo escoger a su grupo de amigos y le fue leal hasta su última brizna de vida.

¿Para qué escribir más si el talentoso Alberto Cortés ya narró con suma maestría lo que acontece en el alma cuando un amigo se va?

Cuando un amigo se va

queda un espacio vacío

que no lo puede llenar

la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va

queda un tizón encendido que no se puede apagar

ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va

una estrella se ha perdido

la que ilumina el lugar

donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va

se detienen los caminos

se empieza a revelar

el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va

galopando su destino

empieza el alma a vibrar,

porque se llena de frío.

Cuando un amigo se va

queda un terreno baldío

que quiere el tiempo llenar

con las piedras del hastío.

Cuando un amigo se va

se queda un árbol caído

que ya no vuelve a brotar

porque el viento lo ha vencido.

Cuando un amigo se va

queda un espacio vacío.

Publicidad
Publicidad
 
Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2010. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.