Réiner Montero, corresponsal y Rodolfo Martín
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Pococí.- Como Juan Daniel Araya Pérez, de 23 años, fue identificado un joven que apareció muerto anteayer, con su rostro tapado con piedras en Colonia San Rafael de Guápiles.
Había desaparecido desde el vienes cuando se le vio por última vez departiendo con dos individuos en un bar de la zona.
Un Hyundai color blanco que manejaba la víctima, apareció quemado unas 12 horas después a unos 14 kilómetros de distancia.
Araya yacía boca arriba, a unos 3,5 metros de la cerca, con varias piedras en la cabeza como si hubieran querido ocultarlo.
El cuerpo, en avanzado estado de descomposición, quedó abandonado sobre una ciénaga.
Fue hallado anteayer a las 5:30 p.m. por un peón que pasó por el sitio del pequeño caserío situado a unos seis kilómetros al norte del centro de Guápiles.
Lo taparon
Al parecer, el rostro estaba desfigurado y en el cuerpo fueron descubiertos tres tatuajes, en el tórax y la espalda, uno de ellos una “rosa de los vientos”.
El joven vestía un pantalón de mezclilla a la altura de las rodillas, lo que dejaba al descubierto un boxer a cuadros. Llevaba puesta una camiseta, levantada hasta las axilas y unos zapatos cuyo costo superan los ¢80.000.
El cuerpo de Araya Pérez estaba al otro lado de una cerca electrificada.
Presentaba una herida profunda en el cuello y otras dos en la espalda, según la apreciación de los cruzrojistas que llegaron al sitio.
Araya había sido reportado como desaparecido en horas de la mañana por familiares suyos ante la delegación del OIJ.
El hallazgo ocurrió a unos 800 metros de la plaza del poblado, cerca de la entrada de una finca ganadera.
“Acabo de encontrar un muerto”, fue la alerta que dio un peón agrícola cuando, de manera inesperada, se topó con el cuerpo.
El hallazgo lo hizo mientras revisaba un tendido de la cerca para ver si conducía o no electricidad, porque debía abrirle paso a un tractor que haría unos trabajos en el repasto.
El testigo se llevó tal clase de impresión, que se descompuso y le costó recobrar la calma.
El lugar, por las noches, además de solitario, es en extremo oscuro, porque no hay alumbrado público.
Los oficiales del OIJ de Pococí intercambiarían información con sus colegas de Sarapiquí para ver si Araya pudo haber tenido algún tipo de relación con el hombre cuyos restos aparecieron ayer en Sarapiquí.
El vehículo de dos puertas lo había comprado recientemente en Alajuela, según familiares.
La víctima
Juan Araya
Edad: 23 años
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