Angie López Arias
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Los mitos y tabúes son los principales enemigos del placer, pero a la vez, son los aliados perfectos para ejercer una sexualidad irresponsable y riesgosa.

La desinformación que resulta de la carencia de programas de educación sexual, contribuye a que la población mantenga ideas erradas sobre la sexualidad.

Esto no sólo impide el disfrute pleno de las relaciones sexuales, sino que además, conlleva a un sinnúmero de prácticas peligrosas que ponen en riesgo la salud.

Que en la primera relación sexual no hay riesgo de embarazo, con un abrazo se puede contagiar el VIH SIDA o para qué usar condón si mi pareja me es fiel, es una muestra minúscula de todos los mitos que existen.

La Asociación Demográfica Costarricense (ADC) realizó en el 2009 la encuesta de salud reproductiva en 1.200 mujeres entre los 15 y 49 años, la cual deja ver el desconocimiento que existe.

Cristián Gómez, coordinador de programas de la ADC, dijo que el 50 por ciento de las mujeres no usó método anticonceptivo en la primera relación sexual y un 23 por ciento no lo hizo porque no creía que se fuera a embarazar.

Poca educación

Para muchos, son los padres de familia quienes deben educar, pero ¿quién los educa a ellos?

“¿Cómo les vamos a decir a los padres que no estén cargados de mitos si nunca se ha trabajado con ellos el tema de la sexualidad? Aunque tengan buena voluntad, van a evitar el tema porque no tienen información”, agregó.

El doctor Mauro Fernández del Instituto Costarricense de Sexología, aseguró que es urgente establecer programas gubernamentales y que son los padres quienes deben educar desde los valores que quieren transmitir.

Según el experto, la falta de información deja datos alarmantes, sobre todo en los adolescentes.

Un 20 por ciento de los embarazos ocurre en adolescentes, entre un 10 por ciento y 20 por ciento de las adolescentes se vuelve a embarazar en la adolescencia y se estima que las personas que más se están infectando de VIH SIDA son jóvenes entre los 15 y 25 años.

Sin placer y con ataduras

Fernández dijo que alrededor del 75 por ciento de las mujeres no siente placer alguno durante las relaciones sexuales.

Y es que la sexualidad no se vive con placer, se experimenta con miedos, ataduras, represión, vergüenza, angustia y desinformación que lleva a una toma de decisiones equivocadas.

“La gran mayoría de personas, por falta de educación y estereotipos, vive la sexualidad de forma mediocre. ¿Cómo sentir placer si sentís culpa y miedo?”, explicó Cinthia Calderón, investigadora en temas de sexualidad.

Calderón, creadora del programa “Sexo Sentido” que se transmite por Radio U, ha comprobado en los 10 años que tiene el espacio, que muchos son infelices con su vida sexual.

“La sexualidad sana y placentera se vive desde la libertad y cuando hay conocimiento nos liberamos de ataduras. Yo abogo por el placer con dignidad y responsabilidad”, recalcó.

Primer paso

El Ministerio de Salud realiza la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva en la que se consultará a 4.800 personas con edades entre los 15 y 80 años.

Ana Morice, viceministra de Salud, explicó que la última encuesta de fecundidad se realizó en 1999 por lo que han habido muchos cambios en ese lapso.

Morice indicó que requieren datos para entender situaciones preocupantes como el 20 por ciento de embarazo adolescente que no baja, el número de casos nuevos de VIH SIDA que se mantiene y la reducción acelerada de número de hijos por familia.

“Hay preguntas de prácticas como cuándo inició relaciones sexuales o si usa condón, otras son de prevalencia de infecciones de transmisión sexual, de reproducción y de percepción”, añadió.

El estudio permitirá establecer lineamientos y programas.

Hombres satisfechos con su sexualidad

Algunos no están contentos con la vida sexual que tienen. Las razones son muchas, una de ellas es el sufrir de disfunción eréctil. Archivo.

Un 34 por ciento de los hombres ticos está muy satisfecho con su vida sexual actual, más que los varones de los demás países centroamericanos.

Así se desprende de un estudio realizado por la farmacéutica Pfizer en el que más 1.300 médicos centroamericanos entrevistaron a un total de 1.642 pacientes masculinos que podrían tener algún grado de disfunción eréctil.

En Costa Rica se entrevistó a un total de 346 pacientes, los cuales visitaban al médico para una consulta de rutina.

“Ese porcentaje de costarricenses es el más alto de la región. Es buena noticia que a pesar de tener alguna enfermedad como diabetes o hipertensión, gran cantidad de hombres no tenga problemas en su desempeño sexual”, dijo Genaro Cuesta, gerente médico de Pfizer.

Por el contrario, la investigación revela que un 22,5 por ciento de los participantes en el país declaró sentirse insatisfecho o muy insatisfecho si tuviera que pasar el resto de su vida con su función sexual actual.

“Padres son los primeros educadores”

Rocío Solís.

Entrevista a Rocío Solís, directora de la Oficina de la Niñez y Adolescencia del MEP

¿Cuál es la educación sexual que se da en los centros educativos?

En clases se tiene que hablar de sexualidad como un eje transversal. Hay un aula virtual para jóvenes de más de 15 años y el Consejo Superior de Educación trabaja en un programa desde preescolar hasta colegio.

¿Es suficiente? ¿Qué más hace falta?

Falta mucha cooperación. El sistema educativo sólo cimenta las bases que da la familia. Los primeros educadores en sexualidad deben ser los padres. Ellos tienen que impartir conocimiento con naturalidad y amor.

El número de embarazos adolescentes no baja. ¿Cómo se combate?

Con estos programas que tenemos. Cuando se da la problemática, se le da todo el apoyo que necesita la adolescente para que esté dentro del sistema educativo. Pero antes de eso, hay que trabajar en prevención.

¿A qué edad inician los adolescentes su vida sexual?

Cada día se adelantan más. A partir de los 12 años en promedio, los adolescentes tienen sus primeras experiencias sexuales.

¿Qué riesgos corren con un inicio tan temprano?

Son muchos riesgos. No tienen la madurez física ni emocional para asumir la responsabilidad que conlleva una vida sexual activa.

Riesgosa confusión