Ciudad del Cabo / AP. Cristiano Ronaldo fue el jugador que todos esperan que se ponga sobre los hombros a la selección.

Malhumorado, lento e incluso pedante en un primer tiempo, en el que Portugal tuvo problemas para superar la defensa de Corea del Norte, el artillero del Real Madrid elevó el nivel de su juego en el complemento, cuando sus compañeros comenzaron a marcar goles a granel.

Cristiano empezó a colaborar en el juego de equipo y Portugal finalmente aplastó 7-0 a los norcoreanos. El atacante recibió el premio al mejor jugador del partido, pero él se lo entregó a su compañero Tiago, quien marcó dos goles y partició en casi todas las jugadas importantes.

“Tres o cuatro jugadores de mi equipo también merecían ganar este premio. Especialmente Tiago”, dijo Cristiano.

Aún así, Portugal tiene que estar contento porque Cristiano marcó su primer gol con la selección en una competencia oficial, desde la Euro 2008.

Cristiano rompió la sequía a tres minutos del final, con el sexto tanto del partido, con un gol que él describió como “divertido”, refiriéndose a ese balón que él perdió de vista y que le caería en la nuca cuando trastabillaba, para rebotar luego en su cabeza y quedarle al frente, servida para el gol.

“Era importante para él anotar”, comentó el técnico de Portugal, Carlos Queiroz.

Esa necesidad fue evidente al comienzo del partido. Cristiano tuvo su primer remate al arco a los tres minutos, pero el portero lo atajó sin problemas. Poco después se borró de la cancha.

Usualmente estuvo marcado por dos jugadores, pero incluso cuando intentó alguno de sus famosos regates, perdió la pelota. En el otro lado de la cancha, Simao Sabrosa fue mucho más influyente, con sus gambetas y velocidad.

En varias ocasiones se le vio caminando cuando sus compañeros corrían, no participando en los pases o creando espacio para otros atacantes. La historia cambió en el segundo tiempo y fue imposible de detener. Portugal hizo lo que quiso con su estrella.