Felipe Arrieta, colaborador
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La “silla caliente” del espacio “¿Quién Quiere Ser Millonario?” se ha convertido en el asiento más famoso, pero detrás de este pasan muchas cosas.

Al Día fue el primer medio en tener acceso a las grabaciones del programa de canal 7, este lunes, para contarle todo lo que usted no ve.

Los participantes llegan alrededor de las 6:30 p.m. al estudio, en la Aurora de Heredia. Una buseta se encarga de trasladarlos desde Sabana.

Ese pequeño viaje le sirve a los competidores para ir midiendo a sus rivales, según nos confesó Wilmer Víquez, quien anoche se ganó ¢5 millones.

Al llegar al estudio se reúnen con Ignacio Santos, quien les da la bienvenida y conversa de forma amena con los participantes para aplacar un poco los nervios.

En el set, que es mucho más pequeño de lo que se ve por televisión, el público se acomoda y recibe instrucciones de la producción.

Para sorpresa de la gente, los pusieron a aplaudir durante dos minutos para tomas de relleno.

El acompañante del participante debe quedar de espaldas a la “silla caliente”, para evitar así posibles trampas o ayudas.

En la “tele” también hay pifias, por eso cuando ocurría una, Ignacio Santos de forma simpática, le explicaba al público que el programa era pregrabado y se repetía la toma, lo que trata de evitar producción al máximo.

Durante el juego, los gestos y ademanes de Santos le dan el empujón al posible millonario, hasta que llega a la zona segura de los ¢3 millones.

“Es una experiencia diferente y emocionante, en casa no pensé que fuera así”, detalló Katherine Víquez, quien fue parte del público presente.

La grabación del popular espacio dura más o menos dos horas y es pura diversión.