Martes 29 de junio de 2010, San José, Costa Rica
Sucesos | Familiares de los 14 fallecidos y otros danmificados reclaman más de ¢2.000 millones
Demandas millonarias por tragedia en Atenas
Investigación por homicidio culposo casi muere/ Fiscal General ordenó reactivar caso
  • AlDia.cr
    La zona del accidente ahora está invadida por la maleza. M. Vega.
  • AlDia.cr
    La fiscal Marjorie Seas habla con los ofendidos. M. Vega.

Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

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Atenas, Alajuela.- La madrugada del 11 de octubre del 2007 un estruendo provocado –al parecer– por el colapso de un muro de contención, despertó al caserío de Bajo Cacao con el trágico saldo final de 14 personas fallecidas y decenas de damnificados.

Hoy, el avance del tiempo y una vegetación arrasadora, cubrieron y desaparecieron los rastros que causaron este desastre.

Los familiares de las víctimas y los demás afectados, todavía aún mantienen abiertas sus heridas emocionales.

Unas 25 víctimas han planteado demandas que superan los ¢2.000 millones a lo largo de una causa penal que estuvo a punto de morir porque la Fiscalía de Atenas solicitó dos veces la desestimación por falta de pruebas.

Sin embargo, el Fiscal General de La República, Francisco Dall’Anese, ordenó reactivar las investigaciones por homicidio culposo ante un ruego de las víctimas por buscar justicia.

Las pesquisas son contra el Ministerio de Obras Públicas y Transportes y dos compañías: la adjudicataria del trabajo y, la que terminó haciéndolo.

Esto consistió en la construcción de unos gaviones a dos kilómetros al norte del centro de Atenas, en Bajo Cacao, sobre la calle que conduce a Palmares.

“Aunque al inicio se aseguró que todo obedeció a un desastre de la naturaleza, ahora hay pruebas dirigidas hacia una impericia que contravino las reglas de la ingeniería civil”, expresó el exjuez Carlos Alberto Guillén, representante de la mayoría los ofendidos.

El muro, al parecer, no sólo habría sido levantado sobre una naciente de agua, sino que además recibía dos desagües de aguas servidas de una urbanización, dijo.

Suelo saturados

El muro, supuestamente, en vez de asentarse sobre una superficie sólida, más bien estuvo encima de una especie de ciénaga.

“Esa madrugada el suelo no tuvo más capacidad de absorción, el muro colapsó y al desprenderse, arrancó y arrastró vegetación, piedras y barro, lo que dio la impresión que había sido un desastre de la naturaleza”, añadió.

Además, agregó Guillén, ahora contamos con el testimonio de uno de los maestros de obra quien asegura, bajo la fe del juramento ante la Fiscalía de Atenas, que no se le entregó un plano de diseño.

Ronald Ugalde, un damnificados, expuso que Bajo Cacao había sido declarado como zona de riesgo en el 2003 por la Comisión Nacional de Emergencias, pero que esta alerta no llegó a los vecinos que construyeron sus casas con permisos otorgados por la municipalidad de Atenas.

“En las primeras horas y días de la tragedia aquello fue un desfile de funcionarios públicos, políticos y empresarios frente a las cámaras de televisión y los periodistas en general. Nos prometieron de todo, pero al poco tiempo nos olvidaron, dejándonos en el abandono”, añadió.

Eso porque, algunas iniciativas tomadas, como la compra de una finca para reubicarlos, no llegó a un final feliz, dijo Ugalde.

Marjorie Seas, la nueva fiscal coordinadora de Atenas, adelantó que se tratará de una investigación concienzuda y objetiva para tratar de determinar los motivos que causaron los hechos.

Es evidente, agregó, que se requerirá recavar prueba técnica de especialistas. La causa, se conoce bajo la modalidad de “tramitación compleja” con lo que dispondrá de más tiempo para su investigación. La oficina de Atención de la Víctima atendió el jueves a los ofendidos para ver cuál es la ayuda o soporte que requieren los afectados.

“Perdí a un hijo y a mi mamá”

María Isabel Artavia tiene 48 años, aún es una mujer joven, pero por dentro quedó devastada desde aquella madrugada del 11 de octubre del 2007.

Y, no es para menos: perdió a su madre Adelina Artavia de 78 años y a su hijo Luis Jeffry de 26 años.

“Una cree que el tiempo cura las heridas y que algún día encontrará el consuelo. Sin embargo, en cualquier momento me acuerdo de ellos y de mis vecinos y comienzo a llorar y llorar”, manifestó el jueves en el edificio de los Tribunales de Atenas minutos antes de ser entrevistada por representantes de la oficina de Atención a La Víctima del Ministerio Público.

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