Nicolás Rapp
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Argentina.- Me subí al auto como si fuese a trabajar, excepto que seguí manejando sin parar. Desde Nueva York hasta Buenos Aires. Cuatro meses y un recorrido de más de 21.000 kilómetros.

Es la primera etapa de un viaje alrededor del mundo, una expedición que considero la máxima aventura que hay en esta Tierra. Desde Buenos Aires enviaré mi auto en barco al África, adonde iré en avión.

Seguiré manejando hacia el norte, a Europa, luego al este, a Asia y finalmente, a fin de año, regresaré a Estados Unidos.

Mi aventura comenzó el 15 de noviembre, en que dejé mi trabajo como director de arte de The Associated Press, entregué mi departamento y partí con un Toyota Land Cruiser de 1996 al que le instalé una carpa en el techo, un refrigerador, una hornalla y un inodoro portátil. Son 65 kilos de carga.

Desde entonces he atravesado selvas, montañas y neblinas, manejé por calles de tierra, desiertos de arena y salinas.

Vi monos en la selva costarricense, flamencos en Bolivia, llamas en Perú, además de cerdos del tamaño de un potro.

Ahora me preparo para dejar Sudamérica y dirigirme a África.