Evelyn Fernández, colaboradora
redaccion@aldia.co.cr
“Hace un año que no me confesaba, pero decidí tomar el camino de reconciliación. Hoy vivo un acercamiento con Dios, la liberación de mis errores y siento gran paz en mi interior”.
Mayra Gómez nos describió ayer así el sentimiento que la hizo hacer fila durante dos horas en la Catedral Metropolitana para lograr llegar hasta la simbólica silla de confesión.
El pintor Fernando Elizondo, pidió permiso a su jefe y tomó el tiempo necesario para cumplir su cometido. “Desde temprano estoy haciendo fila, pero no importa si duro todo el día. Vine con mi hijo de 12 años y llevaremos el mensaje de reflexión a la familia”, dijo.
El sacerdote Francisco Umaña, quien recibió desde las 9 a.m. a los feligreses para confesarlos, aseguró que la afluencia en dicho templo fue constante. “Esto es sólo una muestra de la fe y la presencia de Dios en la Iglesia”, dijo.
“Ya me confesé y cumplí mi penitencia. Logré dar ese paso tan importante que me llena y me acerca a Dios”, aseguró el estudiante Keishmer Gómez.
Damaris Bermúdez se armó de paciencia y no lo pensó más para ir a confesarse. Ella decidió ir a hacer fila ayer hasta la hora que tuviera que esperar.
“He venido otros días, pero está muy lleno. Ya hoy no importa que esté repleto. Vengo decidida a confesarme”, señaló.
La devoción y el fervor religioso que se sentía en la Catedral Metropolitana durante la mañana del Lunes Santo fue sólo un reflejo de lo que ocurre en muchos templos católicos del país en estos últimos días de confesiones, tan importantes para la fe católica previos a las significativas celebraciones de la Semana Mayor.
Decenas de alajuelenses también se acercaron a su iglesia para confesarse con el padre Kenneth Castillo; “en estos días el aumento de feligreses es muy notable”, señaló.
“Es importante acercarse a Dios en los días santos y reconciliarse con él para sentirse mejor”, afirmó Marizabeth Chacón.
En Pérez Zeledón, a eso de las 4:30 p.m., cientos de católicos hicieron cola hasta las afueras de la catedral generaleña para cumplir con el sacramento. “Quiero limpiar todo lo malo que he hecho y pedir perdón”, contó la sureña María Jimenez.
* Colaboraron Mario Cordero y Francisco Barrantes, corresponsales GN.
Camino de fe
Antonio Zúñiga, Pérez Zeledón.
"Pienso que la confesión es un acto de humildad, en el que se rinden cuentas y se pide perdón a Dios”.
Alejandra Mora, Alajuela.
"Hace unos días vine a tratar de confesarme, pero había mucha gente. Hoy aproveché que hay más sacerdotes”.
Ramón Guillén, Pérez Zeledón.
"Yo acostumbro confesarme en esta época, ya que así siento más paz con Dios y conmigo mismo”.
Un acto de renovación
Muchas personas prefieren tomar los días libres para participar de la serie de actividades religiosas que se realizan en esta Semana Santa en sus pueblos.
Según el sacerdote Álvaro Sáenz, la confesión es la renovación del bautismo, ya que éste sirve para eliminar los pecados, pero éstos se pueden repetir y la confesión viene a dar la oportunidad a la persona que no se siente tan cerca de Dios por sus errores.
“La propuesta de la Iglesia es parte del evangelio de Juan donde Jesús dice: ‘a quienes le perdono los pecados, les quedan perdonados’”, aseguró el cura.
Según Sáenz, la confesión es un asunto con el que cada quien enfrenta su propia realidad y se somete a la misericordia de Dios.
El sacerdote Francisco Umaña agregó que este sacramento es una forma de experimentar la consagración con Dios en virtud de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. “La confesión es una forma de volver a Dios a través de la dimensión sacramental de la Iglesia”, aseguró.
© 2010. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.