Londres / DPA. Como un reflejo inevitable, cada vez que Bayern Múnich y Manchester United estén frente a frente, como sucederá hoy por la Liga de Campeones, la memoria llevará a cualquier amante del fútbol a la final de 1999.

Fue aquella donde se vivieron los 100 segundos más dramáticos de la historia del torneo.

“Definitivamente, es el momento más dramático de mi carrera”, recordó Alex Ferguson.

La leyenda germana Franz Beckenbauer afirmó que “estoy en el fútbol desde hace 50, 55 años, pero nunca vi un partido igual, uno tan dramático como ese”.

Fue un 26 de mayo en Barcelona. Minuto 90 en el Nou Camp. El Bayern acaricia su cuarta Copa de Europa.

Gana 1-0, estrelló dos pelotas en los palos, controla el balón.

Tres minutos de descuento. Minuto 91, Teddy Sheringham marca el empate 1-1.

Minuto 93, Ole Solskjaer, el “asesino” con cara de niño, la puntea al techo de la red. 2-1.

Los ingleses explotan, los alemanes se hunden.

El trofeo cambia de manos gracias a los 100 segundos más vibrantes de todas las épocas.

“Nunca nadie volverá a ganar así una Copa de Europa. Cada equipo que gane 1-0 y queden tres minutos, pensará en el Manchester United”, asegura Ferguson, que ese día logró la primera de sus dos Champions.

Beckenbauer, presidente de los bávaros aquella noche, todavía no lo digiere, pese a que dos años después eliminaron a sus verdugos en las semifinales de la Liga de Campeones, que finalmente ganaron.

“Obviamente fue decepcionante para nosotros. El Manchester fue un ganador afortunado”.

El milagro quiso ser explicado, analizado, desmenuzado, pero ni los mismos protagonistas tienen respuesta 11 años después.

“Fue el destino. Pero cuando estás 1-0 abajo y el cuarto árbitro marca tres minutos de descuento, no puedes pensar que vas a ganar”. Hoy, otro capítulo de esta enorme rivalidad.