Hugo Solano
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En junio del 2002, Sergio tenía 27 años cuando cayó con una carga de cocaína en el aeropuerto Juan Santamaría. Michelle tenía 23 y corrió la misma suerte.
El 3 de marzo pasado, dos hermanastros de apellidos Picado y Badilla, de 33 y 21 años, respectivamente, cayeron en la terminal aérea de México con óvulos de heroína en su estómago.
¿Víctimas del dinero fácil, de la ambición o de sus urgentes necesidades económicas? No lo sabemos. Hechos son que las redes del narco están listas para sacar provecho de esa realidad y andan reclutando nuevas víctimas.
Bares, discotecas, “night clubs” y centros nocturnos son terreno fértil para buscar “burros” o “tontos útiles”. Entre los favoritos están estudiantes, comerciantes, dependientes, amas de casa o cualquiera que se deje engañar.
Los dos ticos capturados este año en México, eran peones bananeros de Limón, uno llevaba 61 cápsulas y el otro 55.
La madre de ellos informó al periódico El Universal de México que el asunto la tomó por sorpresa, porque nunca habían salido del país.
Los detenidos dijeron en tierras mexicanas que iban a recibir una fuerte cantidad de dinero.
Las promesas van desde plata fácil para comprar un carro de segunda o un lote, conocer otros países, viajar en avión o bien, tener dinero para el libertinaje.
Según la policía, quienes reclutan a los “burros” buscan gente con poca capacidad intelectual, a quienes despiertan la ambición y luego les alistan el pasaporte y pasaje, les dan unos dólares y les advierten que les pagan al volver.
Una vez de vuelta les dicen que deben esperar, lo que a menudo aprovechan para enviarlos con otra carga, ofreciéndoles un pago que, a veces, nunca llega.
La gran mayoría de “burros” son hombres, pero también hay mujeres, a quienes denominan “mulas” y generalmente son menores de 30 años.
Algunas veces capturan a personas enfermas de Sida. Quienes los reclutan les dicen que no tienen mucho que perder y les ofrecen hasta $10 mil.
El ingerir droga además de antihigiénico es peligroso, pues apenas lavan lo que una persona expulsa, para que otro se lo trague. La heroína y cocaína intracorporal pasa por varios “burros” hasta llegar al destino final, informó una fuente de la Policía de Control de Drogas (PCD).
Muchas veces no les pagan y lo que jamás les dicen a los “burros” es que pueden acabar en cárceles, donde ni siquiera hablan su idioma o en el peor de los casos, aparecer mutilados al fondo de un río.
Así encontró un indigente, el 19 de mayo anterior, a un muchacho, mulato de entre 18 y 25 años, dentro de una valija en las aguas de la quebrada La Cangreja en Copey de Tibás. Un tatuaje con el escudo de México hace presumir a las autoridades que podría ser de esa nacionalidad.
Al realizarle la autopsia, en la Medicatura Forense, le encontraron cinco óvulos de heroína y determinaron que le faltaban 22 centímetros de colon, por lo que el OIJ presume que quienes lo cortaron en dos se dejaron parte del tejido donde se alojarían al menos 25 dosis de heroína de alta pureza. Una de ellas se le abrió dentro y lo llevó a la muerte.
Los forenses hallaron cinco óvulos de heroína en el colon con un peso de 12 gramos cada uno y con medidas de 4 centímetros de longitud, por 1,5 de diámetro.
Fuentes a cargo del caso revelaron que podría haber un ligamen entre este joven mutilado y otro cadáver que sigue sin identificar en la morgue.
Los dueños de la droga recuperaron parte de la carga y se deshicieron del cuerpo. Un carnicero, un veterinario o alguien acostumbrado a hacer disecciones estaría detrás de esta red, presume la policía.
Llama la atención del OIJ que el tipo de envoltorio hallado en este cuerpo es similar a otro que apareció en barrio México.
Ese hallazgo fue el 9 de mayo en un lote baldío. Se trata de un hombre de rasgos europeos y que cargaba 30 óvulos de heroína.
Esa carga dejó pérdidas millonarias a la organización. Aunque no hay certeza de que sea la misma estructura, en el caso de Copey la red optó por cercenar el cuerpo y recuperar la droga.
En ambos hallazgos el envoltorio es ajeno a lo usual. La droga iba compactada, envuelta en cartón y luego forrada con plástico.
Ambos cuerpos tenían tatuajes propios de personas con antecedentes penales, aunque resulta imposible para la policía confirmarlo al desconocer la identidad, nacionalidad y documento usado al llegar al país, se presume que son turistas.
Acción policial contra los “burros”
Fuente: Policía de Control de Drogas MSP
(*) Datos de Enero a Agosto
Son letales
Los “tontos útiles” llevan la droga en pelucas, cervezas, doble forro de valijas, fajas adheridas al cuerpo, en tablas de surf y hasta ingerida en óvulos dentro de su estómago.
La heroína que pasa por Costa Rica va hacia México y EE. UU. Después del atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, la droga entra más por vía terrestre, que aérea, debido a los controles en los aeropuertos.
La heroína y la cocaína son las drogas que se trasladan intracorporalmente. Los “burros” las tragan y luego las expulsan vía anal. Si una sola cápsula explota, produce la muerte.
No es usual que la heroína vaya de aquí a Europa, ya que a ese continente le abastecen países asiáticos como Afganistán, que genera más del 80 por ciento de la producción mundial.
En hospitales del país han salvado la vida a varios “burros”.
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