Domingo 30 de mayo de 2010, San José, Costa Rica
Nacionales | De hoy
Evangelio

Álvaro Sáenz Zúñiga

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En los primeros domingos al retomar el tiempo ordinario la Iglesia celebra ciertas “fiestas del Señor”. Hoy honramos a la Santísima Trinidad, es decir, a Dios mismo.

Los textos de hoy son más bien aproximativos. No es fácil hallar en la Sagrada Escritura alusiones directas a la Santísima Trinidad. A esta verdad se llegó luego de reflexiones de la Iglesia de los primeros siglos, que parten del fundamento bíblico, pero sin develar totalmente esa comunidad de amor que es Dios.

El evangelio pareciera más adecuado para la fiesta del Espíritu Santo. Un par de frases aluden a la Trinidad. La primera está al final del pasaje. Jesús, que habla del Espíritu Santo que enviará el Padre, dice: “Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”. Vemos con cierta claridad al Padre enviando al Hijo, que nos dice que será el Espíritu el que conducirá a la Iglesia a la meta. La otra frase es más intensiva. Hablando del Espíritu que enviará Él con el Padre, Cristo lo llama “Espíritu de la verdad” y lo define como quien introducirá a la comunidad creyente a la verdad plena, completa, total; pero esa verdad tampoco será nueva. Será la aplicación práctica de todo lo que Jesús nos ha comunicado. Destaquemos el derrotero al que nos lleva el Espíritu: “la verdad completa”. Cristo se anunció como “la verdad”, pero hoy dice que a esa verdad solo llegaremos por la acción del Espíritu. La obra de Dios es, pues, integral: empieza con el Padre y al Padre lleva, pero es la obra de un solo Dios en tres realidades personales, el único Dios que, amándonos nos crea, amándonos nos redime en su Hijo, y por amor nos santifica por su Espíritu, el Espíritu de su Hijo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Esta alabanza al Dios único revela al que se comunica, se manifiesta y se goza en comunicarse con nosotros. Nunca sabremos cómo es Dios por dentro. Interesemos por recibir lo que Dios, el Dios amor, el Dios que se ha revelado uno y Trino, hizo y sigue haciendo para llegar al premio eterno.

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