Milton Montenegro
¿Se imagina tomar un taxi y que este sea un Mercedes Benz o un BMW del año?, pues aquí en la región de Crans Montana, donde está la “Sele”, es una realidad.
“Aquí vive gente de muchísimo dinero”, dijo Marco, un portugués, quien trabaja en el Hotel du Golf, donde se hospeda la Selección.
Dice Marco que los habitantes son empresarios, y por eso Crans, Montana y Aminora, poblados uno al lado del otro, no solo son sitios fascinantes, hermosos y donde se practica el esquí, sino que se vive bien, muy bien.
El salario mínimo es de $3.200 (casi ¢1.300.000 al mes), pero la vida es cara, tanto que el alquiler de un apartamento pequeño es de unos ¢650 mil al mes.
Todo es muy caro, pero el sitio lo vale, no se ve gente pidiendo dinero en las calles, nadie que en un alto llegue a lavarle el parabrisas del auto para ganarse algo, o alguno que con bolillos o bolas empiece a hacer maromas ante el automóvil.
No hay nada de eso, menos basura en las calles, presas y sí mucha cortesía: si alguien va a cruzar la calle, los conductores detienen el vehículo, no como en “Tiquicia”.
Las tiendas son de lujo, pero los precios rondan entre los ¢25 mil a los ¢150 mil por una camisa. La gente disfruta vivir aquí, tanto que según Marco, laboran nueve meses y les pagan doce.
Para darle una idea del dinero que aquí se mueve, hay muchos campos de golf, varios de ellos con ingreso gratis para jugar. Por si fuera poco, los equipos de fútbol aficionado, dígamos en Costa Rica el “Once Tigres”, Atlético Júnior, o el que sea, tienen su propia cancha, pero no es un campo cualquiera, como decir la plaza de Mozotal de Guadalupe, son unos canchones, todas hasta con iluminación y gente que labora en ellas para cuidarlas. O sea, equipos aficonados con instalaciones y allá, Carmelita ni el estadio ha podido construir y eso que estuvo luchando para volver a Primera.
