Domingo 30 de mayo de 2010, San José, Costa Rica
VIP | Oscar Ortiz, locutor
Rasta de “roots”
“Mr. Rasta” dejó su autoexilio en playa Chiquita para volver a promover el reggae.
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    Oscar Ortiz, más conocido como “Mr. Rasta”. Rafael Pacheco.

Isaac Lobo
ilobo@aldia.co.cr

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Al natural: su corazón tiene los colores verde, amarillo y rojo. Genio y figura, Oscar Ortiz, más conocido como “Mr. Rasta” sigue al pie del cañón dándole fuerza al reggae roots.

Su legado inició en 1995 en el desaparecido canal musical TVA (35) y desde ese momento se ha encargado de difundir las buenas vibras, organizar conciertos y descubrir talentos de este género musical.

Era una figura muy fuertes a mediados de los 90, cuando hacía giras de animación por San José y las playas con la entonces bomba sexy Vica Andrade, ahora madre dedicada.

Su labor no se disipó como el humo, sino que ha llenado de sentimiento la piel de muchas generaciones.

Dejó su paraíso en playa Chiquita, “porque se cansó”.

“Estuve allá corriendo libre durante siete años, trabajé como guía turístico y promotor de la naturaleza. El lugar es hermoso, pero llega un momento en el cual uno desea regresar a la ciudad”.

“Mr. Rasta” está de nuevo en la radio, en Beatz 106.1 FM, con el programa “Sunset”, los sábados de 4 p.m. a 6 p.m. Allí junto a sus “grandes amigos” Steel Pulse, Black Uhuru, Peter Toch, Israel Vibration y Bob Marley ayuda a que todos se maticen en el atardecer.

Otra de sus trincheras son sus dos tiendas: una en el mall San Pedro y otra en el Mercado Central.

“Ahí tengo todo lo que un buen rasta y seguidor del roots puede necesitar. Hay camisas de colores psicodélicos de grupos musicales, que yo mismo confecciono, gorros, música, banderas, adornos... entre otras cosas”, explicó.

De sonrisa fácil, agradable y conocido por ser un buen amigo, cree firmemente en que los humanos podemos ser entes de cambio y creadores de un mejor entorno.

Por ejemplo, en su local, en el tercer piso del mall, se exhibe un billete de ¢10 mil falso, una copia casi perfecta. “Me lo metieron un día y al darme cuenta que no era legal decidí quedármelo. Me lo han ofrecido comprar, pero digo que no, porque uno debe de cortar con las malas vibras y las cosas que no están bien”.

Ahora también combina sus días como instructor de yoga, actividad que asegura lo alejó de muchas ataduras que tuvo en el pasado. “Ya estoy libre de vicios”.

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