¿Un café? Sí, pero que sea chorreado

Doña Martha Bustamante no necesita del más moderno “coffe maker” para tomarse un delicioso café, sino que prefiere colocar una bolsita y chorrearlo en las tasas de lata.

Lleno de vegetación

El sendero que lleva hasta este pequeño pueblito, que está conformado por diez hectáreas, se encuentra rodeado de vegetación. El poblado tiene 110 años de fundado y sus habitantes se comprometieron a conservarlo y a lograr que fuera “pulmón” y área protegida. Además, se convirtió en un “aula abierta” para los estudiantes de biología y los amantes de la naturaleza.

Al calor de la leña

Doña Martha no utiliza una cocina moderna, ni tampoco una de gas, para preparar los alimentos. Más bien lo hace “chapada a la antigua” frente al fogón. Frijoles, ayote, tortillas y muchas otras comidas son asadas, gracias a la quema del leño que ella misma corta y trae al fuego. Sus bisnietos, Carlos y José, observan atentos la técnica.

La parroquia

Aunque se trata de un pequeño templo del pueblo, cada domingo los fieles católicos se encargan de llenarlo, ya que sus habitantes son muy religiosos. Apenas escuchan el repicar del sonido de las campanas, que anuncian e invitan a celebrar la eucaristía, se desplazan hasta el templo.

Como mascotas

En Barrio Bustamante, aunque son comunes los perros y gatos, otro animal que no falta en las casas es la gallina. Si visita el sitio, no se extrañe de topárselas en el camino o en las viviendas, ya que se convierten en fuente de alimento para los habitantes.

De metal

La mayoría de los utensilios que se utilizan para cocinar es de metal. Ollas, tapas, picheles y vasos, después de lavarse, se escurren en un trastero de madera.

Protegen riqueza natural

En medio de una densa vegetación, esta zona rural del país sobrevive sin la necesidad de dar un clic a un “mouse”, por lo cual la comunidad creó la asociación de desarrollo proconservación y protección del medio ambiente.