Todo está en calma y de pronto el llanto de un niño pone a correr a todos en casa. ¿Le ha pasado?
Es muy posible que viviera una emergencia de este tipo, la cual por más pequeña que sea amerita atención y de conocimientos básicos de primeros auxilios.
El pedíatra Elías Jiménez aconseja ante un accidente, primero mantener la calma y segundo ser conscientes que ante una quemadura severa, intoxicación, quebradura, paralización o pérdida de conciencia, daño en los ojos, por ejemplo no perder tiempo y acudir al hospital.
De igual manera hay que acudir al médico si el pequeño tras una caída, por ejemplo, tiene una confusión mental, convulsiones agudas, dificultad para respirar y palidez súbita con fiebre.
El paramédico Rigoberto Rodríguez aconseja además actuar rápido y buscar atención especializada si un golpe provoca deformidad e hinchazón que disminuya la capacidad de movimiento.
Si por el contrario la lesión es menor puede aplicar bolsas de hielo envuelto en un trapo o bolsa para bajar la inflamación.
En el caso de una mordedura de animal, por lo general debe ser tratada con antibióticos.
“Cuando hay una herida con un cuchillo o algo filoso limpie la zona con agua y jabón. Luego envuelva con una gasa esterilizada”, destacó Rodríguez.
Añadió que el sangrado se puede detener presionando sobre la herida o por elevación. Es decir, poniendo en alto el brazo si fuera el caso. Si no para de fluir la sangre lo mejor es llevarlo al centro médico. En los más chiquitines es frecuente que se lleven objetos extraños a la boca lo que podría provocar asfixia. Ahí lo que hay que hacer es darle a beber agua y provocar que la persona tosa para que pueda expulsar lo que causa obstrucción.
