Rafael Bustamante se había preparado en Panamá para trabajar en seguridad de personalidades y por su experiencia con la visita aquí del presidente John F. Kennedy, le llamaron para brindar seguridad al Papa.
“Yo a veces no duermo, pensando que esa persona será santa. Aun siento un escalofrío cuando recuerdo su paso a mi lado en el Seminario en Paso Ancho. Es un santo; tenía un gran carisma. La gente le llevaba regalos, sacos de café, pinturas y otras cosas”.
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