Se anunció esta semana la forma en que se jugará el próximo campeonato de fútbol de Primera División.
Evidentemente los dueños de los clubes son quienes deciden qué hacer con sus empresas y cómo acomodar el campeonato de manera que favorezca sus intereses; pero los aficionados igual tenemos derecho al berreo. Es lo único que nos queda.
¿Por qué insisten en hacer campeonatos tan complicados, aburridos y –por si fuera poco – más largos que una Semana Santa sin plata?
¿Por qué insisten en hacer torneos donde, después de una infinidad de juegos, tengamos que soportar una segunda ronda en la que clasifican más de la mitad de los equipos?
¡Qué aburrido! ¿Qué gracia tiene eso? La respuesta de los aficionados a los estadios en el actual campeonato les puede dar la respuesta.
Yo no entiendo por qué a veces queremos inventar el agua tibia.
¿Por qué no aprender de los mejores, de los torneos de España, Italia e Inglaterra?
¿Por qué no hacer un campeonato donde jueguen todos contra todos y el que obtenga más puntos gana?
Y si quieren utilizar las “llaves” entonces se puede hacer, adicionalmente, un torneo de copa como la Copa del Rey, donde los equipos se eliminan en visita recíproca hasta llegar a una final.
Y, de paso, deberían dejar diez equipos en Primera.
La fórmula del nuevo campeonato es un aburrimiento mortal y un premio a la mediocridad, sin contar el daño que le va a generar a las Selecciones Nacionales.
¡Lástima por nuestro fútbol!
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