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Jueves 4 de agosto de 2011, San José, Costa Rica

Confirmó ayer la Dirección General de Aviación Civil

Piloto accidentado carecía de permisos

Carlos Láscarez S.

clascarez@aldia.co.cr

Moravia.- El piloto del ultraligero siniestrado anteayer en San Jerónimo de Moravia carecía de permisos para pilotear una aeronave de ese tipo (destinada a fines recreativos) y no estaba registrado, confirmó ayer la Dirección General de Aviación Civil.

La aeronave era piloteada por Juan Pablo Gamboa Gómez, de 32 años. Aseguró ayer que mientras volaba a 200 metros, fue sorprendido por una ráfaga de viento.

Aviación Civil indicó además que Gamboa está registrado como mecánico y que el 28 de agosto del año 2008 convalidó una licencia de piloto privado de México.

Tal licencia expiró el 27 de febrero del año pasado, por lo que no la había renovado a la fecha.

Ayuda del cielo

Gamboa comentó ayer en su casa, 18 horas después del percance, que había salido a las 5 p.m. con el fin de dar una vuelta corta.

Recordó que es la tercera ocasión en 10 años que logra salir ileso de un accidente aéreo.

“Lo primero que pensé fue en meterme en una parte limpia, pero no alcancé. Gracias a Dios había una palizada de árboles. Pegué contra unos palos, dejé las alas pegadas y amortigué el golpe. Dios y el Ángel de la Guarda me salvaron”, indicó asombrado.

Recordó que la maniobra solo la había practicado en teoría, durante los primeros cursos de aviación. También indicó que, una vez en tierra, logró salir entre árboles de poró y güitite. No sufrió un solo rasguño.

El ultraligero lo había adquirido tiempo atrás a un hombre que lo tenía en el aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas.

Gamboa aseguró a Al Día que es un piloto agrícola, mecánico de aviación e ingeniero en Estructuras Aeronáuticas.

Tras lo ocurrido, recibió muestras de cariño de varias personas, quienes llegaron a preguntar por su salud y a felicitarlo.

Ayer expertos de la Unidad de Accidentes e Incidentes regresaron a la finca para inspeccionar el ultraligero.

Después, el dueño de la aeronave –en compañía de amigos– la desarmó durante varias horas con el fin de recuperar piezas.