Ujarrás, Paraíso. - Hay amplios y cuidados jardines, muchos árboles, la mayoría frondosos; también flores por todas partes.
El aire es limpio, los pájaros juegan a perseguirse en el aire, otros trinan en las ramas más bajas y no hay basura en el suelo.
Las ruinas de la Virgen de Ujarrás, la edificación colonial en pie más antigua del país, son celosamente resguardadas las 24 horas.
Dos personas se encargan de las zonas verdes, los basureros, los baños, el cuido de jardines. Todo luce limpio, impecable.
Otro, armado y serio, vigila desde un sector estratégico para evitar que algún turista de malas costumbres haga de las suyas.
Según Carlos Barboza, el vigilante del monumento, hay quienes suben hasta la parte más alta del otrora templo para tomarse fotografías, causando daños.
Otros ingresan con botellas de licor y deben ser abordados por el guarda para invitarlos a salir “por las buenas” antes de que protagonicen algún incidente.
Barboza debe estar muy atento porque también hay personas que hurtan desde plantas hasta pedazos de las antiguas ruinas.
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