Su legendario personaje “Roberto”, oriundo de Caspirola de Acosta no tiene ni un pelo de tonto. Es por esta razón, que ha entretenido por más de siete años al público en el famoso montaje “Dos arriba y una abajo” del Teatro Alerquín.
Luis Daell es un actor josefino con raíces campesinas, que estudió y trabajó en muchas cosas, pero al final, lo que lo hace feliz es estar en las tablas.
Siempre quiso ser artista, de padre pintor y una madre que aprovechaba los ratos libres para llevarlo al teatro El Ángel, en su momento, el que mejor posicionado estaba, con obras de una generación talentosa de actores chilenos y argentinos que vinieron al país en la década de los 70s.
Su papel en la obra es trascendental y de su autoría. Luis seguró que “Roberto” no es el mismo del texto. Además “necesitaba una persona más pura, sin signos externos, alguien de cepa”. Lo concibió inspirándose en el pueblo de la señora que lo cuidaba de niño.
“El personaje me da grandes satisfacciones pues tengo mucho de él y después de todo este tiempo de interpretarlo, hasta me ha influenciado en aspectos físicos como el parado o la ‘maña’ de meter los dedos gordos entre la faja...”, agregó el artista.
Grupos enteros de teatro son enviados para analizar el lenguaje coloquial utilizado en la obra, que es muy costarricense y que además contiene en su cierre un mensaje moral, sin malas palabras. Es un espacio para que el público se divierta.
“No hay nada más serio que hacer comedia y hay que hacerlo muy bien para entretener”, dijo el actor, quien interpreta al campesino que se muda donde un amigo capitalino, que corteja a tres novias que son aeromosas. A ambos el destino les tiene deparada una divertidísima aventura.
“Dos arriba y una abajo” arrancó originalmente en la Sala Estudio de Tibás a finales de 1999, desde ese entonces Luis Daell ya era parte del elenco.
Actualmente, el actor también es Asistente de Dirección del Teatro, Jefe de Escena y diseñó la escenografía, lo que representa su tesoro profesional.