Escultor, pintor y fundidor
¿Qué mantenimiento deberían tener bustos y monumentos?
La mayoría están hechos de bronce; él mismo se protege. Requiere una limpieza con un cepillo y jabón suave al menos dos veces por año para quitar la suciedad del exterior. Pero el vandalismo es el verdadero peligro para toda obra de arte.
¿Se le da ese cuido a estas estructuras en el país?
Ha habido un abandono gubernamental. Yo fundí hace años el busto de Luis Muñoz Marín, primer gobernador del estado libre asociado a Puerto Rico. Se puso en el Parque de la Paz. Hoy está tumbado; de milagro no se lo han robado.
¿Qué siente al ver una obra que elaboró en ese estado?
El ser humano es un destructor terrible; destructor de jardines, de plantas, de la naturaleza... es un depredador. Uno desea que un país que tiene poca obra pública, la sepa conservar. No es lo mismo una rotonda o una avenida con una escultura que sin ella, pero lo que se necesita es más educación.
¿Cual es la importancia de estas obras de arte?
Las que hay, nacieron como una necesidad imperiosa para que el pueblo se identificara y cimentara la sensación del ser costarricense, como lo fueron por ejemplo el Monumento Nacional y la estatua de Juan Santamaría.