José Pablo Alfaro
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San José. - Un mariachi, un queque y hasta un poema recibió la pugilista Hannah Gabriels; ella llegó al país con lágrimas en los ojos, aunque dejó escapar un “no quiero llorar de nuevo”.

Era imposible. Todos los sentimientos se juntaron, cuando escuchó la ranchera Hannah se soltó a llorar... una ironía si pensamos que dentro del ring dejó de lado todas esas emociones para ponerse los guantes y destrozar a su rival.

“Estoy muy feliz, la verdad, pero me queda una espinita por ahí porque siento que pude haber hecho una mejor pelea, cometí algunos errores y yo siempre busco una excelencia”, dijo Gabriels, quien no se mostró satisfecha con el rendimiento que tuvo ante la estadounidense Melisenda Pérez.

Gabriels venció en el décimo asalto a su rival, cuando ella misma pretendía derrotarla en el cuarto asalto.

“No se dio lo que pensaba porque ella venía muy fuerte y muy preparada, yo sentía un poco de agotamiento en mi cuerpo y no pude responder como yo quería, honestamente yo pensé que podía trabajar mejor”, explicó la boxeadora tica.

Ezequiel Obando, entrenador de Hannah, apuntó que sí hubo preocupación en el décimo asalto porque la pelea estaba ganada y Gabriels decidió ir con todo.

“Había cierto riesgo y lógicamente eso nos preocupó, pero cuando Hannah la golpeó en la cara sabíamos que debía ir con todo y buscar la pelea”, puntualizó Obando.

Además la nacional, que cumplirá 28 años el próximo viernes, analiza esta pelea como su segundo gran paso, debido a que su siguiente reto será defender el cinturón en suelo tico.

“Tenemos la meta de que defienda su título este año en Costa Rica”, explicó Kathy Cunningham, manager de Hannah.

La tica es campeona de las 154 libras en la Asociación Mundial de Boxeo, por lo que ahora el reto está en alcanzar el cinturón de su peso en las otras tres organizaciones más importantes. “Hay que conversar con la organización, y llegar a un acuerdo para lograr la unificación”, finalizó Hannah.