Carlos Láscarez S.
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Escazú.- Un anillo de oro que Cristina Solís Acuña usaba siempre en su mano derecha, se convirtió en su aliado para que las autoridades confirmaran ayer, minutos después de las 11 a.m., en Medicatura Forense, que los restos encontrados antier en calle Lajas eran de ella.
La encargada de hacer el reconocimiento del anillo, así como de una blusa, fue Vera Solís, quien alertó vía telefónica a sus padres María Acuña y Juan Rafael Solís para darles la noticia.
Aunque aseguraron que nunca perdieron la fe de que apareciera, durante dos meses y siete días, la llamada de las 11:30 a.m. de ayer hizo que sintieran una profunda alegría y gratitud, como lo constató Al Día cuando los entrevistó.
“Es un alivio grandísimo saber que es mi hija. El anillo fue la clave para que se aclarara. Dios primero todo salió bien. Ahora le vamos a hacer una gran misa y hasta le vamos a cantar la canción que siempre quiso”, fueron las palabras de su madre.
Sus padres y su hermana Damaris se fundieron en un abrazo y agradecieron a Dios.
Los restos de Cristina encontrados por un conductor de un “backhoe” que removía material en la zona del desastre, fueron entregados ayer en la tarde a sus familiares. Hoy efectuarán su sepelio en la iglesia católica de Escazú, a las 4:30 p.m. .
Con el hallazgo del cuerpo de Solís, ya suman 24 las víctimas de la avalancha, incluido su hijo Sebastián, de cinco años.
“Sabíamos que aparecería”
Los padres de Cristina, son personas de fe y comentaron que siempre guardaron la esperanza.
“Todos los días se oró en un altar pequeño para que apareciera. Sabíamos que ella iba a aparecer. Lo más difícil de afrontar el pasado diciembre fue la ausencia de ella, ya que ella siempre me ayudaba con la compra de los ingredientes para la tamaleada”, recordó con fortaleza su madre.
Anillo que no soltaba
La sortija que Cristina Solís portaba desde hace años, la acompañó en varios paseos familiares, y ella misma se la había comprado con el fruto de su trabajo, comentaron sus allegados.
Cristina laboró como administradora de una óptica antes de la tragedia. Estaba a punto de cumplir seis años de trabajar ahí. Sus antiguos patronos le habían prometido ayuda a su familia con el sepelio. Ella era la menor de siete hermanos y siempre se caracterizó por ser muy emprendedora y muy cariñosa con su hijo.
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