Noticias del día
Viernes 24 de junio de 2011, San José, Costa Rica

Niño nacido en Colombia tiene nueve años

Gabriel no tiene brazos y es un genio jugando al fútbol

Cartagena, Colombia/ EFE.- Gabriel David Fernández nació sin brazos hace nueve años en Colombia por un desatino de la genética hoy es un niño prodigio que supera en capacidades a sus compañeros de escuela, pinta, baila y juega al fútbol.

Es uno de los pocos casos en el mundo de supervivencia entre los afectados por el síndrome de Amelia, que conlleva la ausencia de extremidades y que en Colombia se presenta en alrededor de uno por cada 200 mil nacidos.

El pediatra y neonatólogo Iader Rojas detalló que esta enfermedad surge cuando “por algún motivo no se forma el primordio en la etapa embrionaria”, es decir, “la raíz donde se forman las extremidades”.

“En la mayoría de los casos fallecen en el útero y si nacen mueren a corta edad”, agregó el especialista, al explicar que estos enfermos no pueden usar prótesis porque, al no haberse formado el componente esquelético de la extremidad, “no hay soporte”.

Gabriel es un superviviente de este mal y es un destacado estudiante en su escuela del barrio Nelson Mandela de Cartagena de Indias, adonde llegó su familia tras ser desplazada por los grupos armados del Urabá antioqueño.

Fue precisamente la pobreza la que impidió a su madre, Ada Luz Ricardo, hacerse controles médicos durante el embarazo, y quien cuando lo alumbró dijo: “Este no es mi hijo” , confesó.

Pero Ada siguió adelante y ve al pequeño Gabriel como uno de los estudiantes más brillantes del barrio, donde juega al fútbol, salta a la cuerda, pinta, corre y baila el trompo con singular destreza.

El niño destaca por su “liderazgo y compañerismo”, aseguró su maestra Marelvis Erazo, quien insistió: “No se frustra por los bracitos que le hacen falta”, sino por el contrario “tiene capacidad de adquirir muchos conocimientos y los pone en práctica”.

Pero pensar en la continuidad de sus estudios inquieta a su madre, ya que si para los niños sin discapacidades que viven bajo la línea de pobreza es un sueño ir a la universidad, para Gabriel se presentan aún más dificultades.

“Nos falta económicamente el dinero que es lo primordial para poner al niño en la universidad”, aseguró su mamá.