Roxana Zúñiga Quesada, periodista
ropazu@racsa.co.cr

El Ministro de Información, Roberto Gallardo, confesó que es “un periodista frustrado”, quizá para acercarse a un sector de la prensa que mira con la ceja arqueada su nombramiento.

Porque hasta ahora, parece empeñado en demostrar “quién manda aquí” y “les voy a enseñar cómo se ejerce bien su oficio”.

Solo así puede interpretarse su idea “…Vamos a establecer esas diez preguntas como límite de las sesiones de Consejo de Gobierno, sobre todo porque algunos de ustedes se portan muy mal y repreguntan mucho , (la negrita es mía) entonces, las conferencias de prensa se nos hacen un poco más extensas de lo que quisiéramos”.

En una sociedad democrática, la labor de la prensa es preguntar, repreguntar, cuestionar, dudar, corroborar… ¿Por qué cumplir con eso es portarse mal?

Preguntar y repreguntar son la esencia del periodismo independiente. Los “yes man” no caben en las salas de prensa. Si no quieren muchas preguntas no hagan conferencias.

Parece increíble que el señor Gallardo sea el mismo que en noviembre de 2010 escribió en su blog: “Nada mas peligroso en una democracia que la restricción del pensamiento, sobre todo si es impuesta a partir de una interpretación parcial en una situación coyuntural”.

“No podemos dejar que nos arrebaten espacios que hemos ido ganando como sociedad, empezando por el de poder discutir abiertamente sobre cualquier tema sin temor a que se nos etiquete”.

Supongo que eso lo escribió el Gallardo periodista frustrado, porque el Gallardo ministro piensa totalmente lo contrario.