Carlos Hernández, corresponsal GN y Rodolfo Martín
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Los Chiles, Alajuela.- Un peón agrícola, cuya identidad las autoridades mantienen bajo absoluto hermetismo, descubrió ayer a las 7 a.m. un saco de yute con nuevos restos humanos que, por las características propias del hallazgo, corresponderían al taxista José Andrés Cerdas, asesinado el 7 de marzo en Cañas, Guanacaste.
El fardo fue abandonado en una pequeña área de montaña situada frente a una plantación de caña de azúcar, un kilómetro al oeste de la escuela de El Jobo de Los Chiles y a unos 200 metros de la carretera a la turística comunidad de Caño Negro, precisaron las autoridades.
Un kilómetro al norte de ese centro educativo vive la madre del principal y, por ahora único sospechoso del homicidio, un guarda de seguridad de apellido Narváez.
Una fuente policial informó que al peón que hizo el hallazgo de los restos humanos le llamó la atención el sobrevuelo de un grupo de moscas.
Al acercarse vio cómo otros insectos estaban parados sobre un saco.
Al abrirlo, verificó que el mismo, además de tierra y aparente ceniza, contenía parte de un cráneo, de una dentadura y una mandíbula, parcialmente calcinados.
El campesino reaccionó sorprendido y preocupado y de inmediato, llamó a la comandancia de la Fuerza Pública de este cantón fronterizo con Nicaragua.
Con el de ayer, este es el tercer levantamiento de restos humanos que hacen las autoridades judiciales en relación con el violento deceso de Cerdas.
El primero ocurrió la noche del jueves 17 de marzo, a una orilla del camino entre las comunidades El Parque y el poblado de Hernández.
El segundo, se dio la tarde siguiente en una fosa detrás de la casa de la madre del sospechoso.
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