Tres mujeres esperan a que llegue el autobús, no se conocen, pero viven en un mundo donde no se permite gritar.
Sus nombres son una incógnita, pero cargan sobre sus hombros las frustraciones de tantas que desean gritar, pero la sociedad las silencia.
Sus vidas se ven ahora reflejadas sobre las tablas de jueves a sábado a las 8 p.m., en el teatro de la Escuela de Artes Dramáticas, por la famosa calle de la amargura en San Pedro.