Internacionales
Sábado 5 de noviembre de 2011, Costa Rica

Con Alfonso Cano muere el ideológo de las FARC

Bogotá / AP - El jefe de las FARC Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, visto como el intelectual y uno de los ideólogos de este grupo rebelde, fue abatido el viernes. Tenía 63 años.

De barba espesa y lentes, tez morena y suaves maneras en público, Cano nació en Bogotá el 22 de julio de 1948 en una familia de clase media. Su padre era agrónomo y su madre pedagoga.

Estudió antropología en la Universidad Nacional y fue dirigente de la Juventud Comunista entre 1974 y 1980.

Se integró a las rebeldes Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC) a finales de la década de 1970, cuando las autoridades lo buscaban por su participación en mítines de protesta que organizaba en las calles cercanas a la universidad, donde se enfrentaban a piedra con la policía.

Una vez en la clandestinidad, adoptó el nombre de guerra de Alfonso Cano y ascendió rápidamente en la jerarquía insurgente, hasta que fue uno de los hombres de confianza de Jacobo Arenas, el más connotado ideólogo que ha tenido esa guerrilla y quien traspasó sus conocimientos de polÍtica rebelde a Cano.

Arenas murió en agosto de 1990 y Cano pasó a ocupar el cargo polÍtico dentro de las FARC y el secretariado, o máxima jefatura de siete miembros de esa guerrilla, nacida en 1964.

Cano encabezó las negociaciones de paz con el gobierno colombiano en Caracas, Venezuela, en 1991 y en Tlaxcala, México en 1992, diálogos que no tuvieron éxito.

Durante las negociaciones de paz en territorio colombiano con el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002), Cano fue muy discreto en sus apariciones por considerar que ese proceso no llegaría a feliz término.

Los diálogos de paz se interrumpieron abruptamente en febrero de 2002, luego de que las FARC secuestraron un avión en pleno vuelo y lo hicieron aterrizar en la región donde se realizaban las negociaciones. En la nave estaba el senador Luis Eduardo Gechem, quién sólo fue liberado hasta el año 2008.

Molesto por la acción insurgente, Pastrana ordenó el reingreso de la fuerza pública a los 42.000 kilómetros cuadrados que habían estado libres de presencia de militares y policías desde fines de 1998 por exigencia rebelde, para iniciar los diálogos de paz.

Durante esos años de negociaciones en aquella vasta zona, Cano concedía entrevistas a los medios para explicar las viejas demandas de la guerrilla por una sociedad con justicia social.

Sentado detrás de un gran pintura que mostraba los ojos del Libertador Simón Bolívar, Cano se mostraba en su tradicional ropa de camuflado y pistola colgada de la axila y daba grandilocuentes respuestas mientras exhalaba incesantemente bolas de humo de cigarrillos Marlboro.

Los detalles sobre su vida privada en las filas rebeldes eran desconocidos o imprecisos, como en la mayoría de los casos de jefes rebeldes. Sí se le vio a lo largo de distintos diálogos de paz en compañÍa de una joven rebelde identificada sólo como Lucero.

Según datos de la Fiscalía General, sobre Cano pesaban al menos 12 sentencias condenatorias y 142 órdenes de captura por delitos como secuestro, rebelión, daño en bien ajeno, homicidio y hurto.

Entre esas condenadas estaba una pena de 40 años de prisión impuesta en el 2009 por un ataque rebelde en julio de 1999 al poblado de Puerto Lleras, en el sureño departamento de Meta, y en el que murieron 10 civiles y 11 policías, mientras 28 uniformados fueron retenidos por la guerrilla.

También tenía una condena de 40 años de cárcel en un fallo penal del 2008 por la explosión de un carro bomba en un exclusivo club de Bogotá en febrero de 2003 en la que murieron 36 personas y otras 158 resultaron heridas, de acuerdo con la Fiscalía.

Tras la muerte por causas naturales en marzo del 2008 de Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda o Tirofijo, Cano fue elevado a la máxima jefatura dentro del secretariado de las FARC.

Fue entonces cuando oficialmente reiteró que las guerrillas siempre estaban dispuestas a una negociación de paz.

Reiterar una vez más que creemos en la solución política, que creemos en el diálogo (...) el diálogo es la ruta, dijo Cano al inicio de una grabación de tres minutos y 57 segundos con fecha de agosto de 2011, divulgada por el portal Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), que suele difundir pronunciamientos de los rebeldes.

La confrontación en Colombia se ha prolongado demasiado y como revolucionarios que lo hemos entregado todo por nuestros ideales y el bienestar del pueblo, persistimos en la solución política del conflicto, dijo Cano en una entrevista con el diario español Público conocida en junio del 2011.

Aprovechó en esa ocasión para negar cualquier relación de las FARC con el narcotráfico, algo que era admitido por algunos rebeldes de mediano rango y ha sido una permanente acusación del gobierno colombiano y de Estados Unidos.

Las fuentes de financiamiento de las FARC, dijo, son aportes de amigos y simpatizantes... impuestos que cobramos a los ricos... y rentas generadas de inversiones que mantenemos. Aseguró que los miembros de la organización tienen prohibido sembrar, procesar, comerciar, vender o consumir narcóticos.