Internacionales
Domingo 23 de octubre de 2011, Costa Rica

Los llamados “guardianes” pagan alquileres muy cómodos

Vivir en iglesias y oficinas, una solución de lujo en época de crisis

Londres, Inglaterra /AFP.- Cuando el músico Andrew Fairclough, vuelve a casa, abre la puerta de una pequeña iglesia del siglo XIX. Sus discos de vinilo, sus teclados, su cama y hasta su mesa de ping pong han encontrado naturalmente su lugar en la nave de grandes ventanales.

Andrew vive en esta iglesia desafectada pero acogedora del área metropolitana de Londres que su propietario, la Iglesia Reformada Unida, quiere proteger de los ocupantes ilegales.

Paga 310 libras ($425 ó 310 euros) de alquiler al mes, barato para esta capital donde a mucha gente se le va la mitad del salario en un alquiler promedio.

“Económicamente es fantástico. Vives en un espacio increíble por muy poco dinero. Cuando oí hablar de esto por primera vez, pensé que era demasiado bonito para ser verdad”, explicó Andrew, de 41 años, instalado en su sofá de color crudo, al pie del viejo órgano de la iglesia.

El principio es sencillo. Numerosos edificios en Londres están desocupados antes de venderse o reformarse. Para evitar a los “ocupas” y no tener que gastarse una fortuna en seguridad, sus propietarios se los confían a agencias especializadas para que los alquilen a particulares.

Con su presencia, los llamados guardianes “brindan una seguridad eficazmente barata”, dijo Doug Edwards, de la agencia Ad Hoc, que cobra menos de 200 libras semanales a los propietarios por este servicio.

“En contrapartida, los guardianes tienen una vivienda muy barata” en barrios a menudo inasequibles para sus bolsillos.

Como el apartamento de 300 metros cuadrados que domina Green Park, a escasos minutos del palacio de Buckingham, que se alquila por 200 libras semanales. O el piso de Kings Road en el elegante barrio de Chelsea. “El guardián tenía a dos jugadores del Chelsea por vecinos y pagaba 260 libras mensuales”, manifestó Edwards.

El inconveniente, el guardián puede ser obligado a abandonar su lugar de residencia en un plazo de dos semanas. En un año, Daniel, basurero y escritor, se mudó cuatro veces. Una situación que a pesar de todo le conviene.

“He vivido en Hampstead”, un elegante barrio del norte de Londres, “y ahora vivo en Warren Street”, en el centro de la capital.

Daniel, de 26 años, tiene que compartir las duchas del edificio con otros 11 “guardianes”, “pero pago 60 libras por semana, no hay nada que decir”.

Para hacerse “guardián”, hay que reunir varios criterios: cobrar un salario regular, no tener hijos o animales, y comprometerse a no organizar fiestas.