El chofer de un vehículo con sus vidrios polarizados y sin placas entregó su cédula de identidad a varios policías, en un retén callejero, antes de huir a toda velocidad y matar, unos 500 metros después, a una joven de 20 años.
Este suceso se registró a las 6 p.m. del jueves anterior en Sagrada Familia de Hatillo, San José. Ahí murió Stephanie Fabiola Espinoza Saballo, de 19 años.
Según testigos, la muchacha se dirigía hacia su casa, a unos 600 metros, cuando fue golpeada violentamente por un carro que se desplazaba a gran velocidad.
Espinoza, la mayor de cinco hermanos, fue lanzada a 50 metros de distancia. Cuando los paramédicos de la Cruz Roja llegaron, ya había fallecido.
Familia destrozada
Al Día visitó ayer a familiares de la víctima, en una vivienda en Sagrada Familia, pero no quisieron brindar declaraciones. Varios jóvenes que lucían abatidos y muy enfadados pidieron a la prensa, mediante gritos y gestos, no acercarse al inmueble.
Espinoza tenía una hermana de 18 años, un hermano de 13, y dos más de 12 y 7 años. Una vecina que pidió no ser identificada recordó a Stephanie como una joven emprendedora y educada.
Raúl Rivera, subdirector de la Fuerza Pública, confirmó ayer que el conductor entregó su cédula a varios policías que mantenían un retén en Hatillo.
“Iba con un acompañante. De pronto hizo una maniobra y escapó a gran velocidad. Poco después, atropella a una persona y sigue huyendo. Lamentablemente murió una muchacha”, afirmó Rivera, quien sugirió al chofer entregarse.
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