Jackson/AP. - Las últimas palabras de Troy Davis, 42 años, fueron para afirmar su inocencia, dice Greg Bluestein de la AP, que presenció su ejecución por el crimen del policía, Mark MacPhail.
En el instante de decir sus últimas palabras, Davis se apropió del momento, hablando rápido y confiado. Le dijo a la familia MacPhail que no era responsable por la muerte. “Soy inocente. El incidente que ocurrió aquella noche no fue mi culpa”.
Davis pidió a sus partidarios seguir dando la pelea. Y justo antes de que los letales medicamentos entraran a sus venas, dio un mensaje a sus ejecutores: “Dios tenga merced de sus almas”.
Parpadeó rápidamente. Apretó los ojos. La cortina se cerró.
A las 10:30 p.m. (hora local) se ejecutó a Davis quien pasó 20 años en el corredor de la muerte por una condena hoy entredicho.