Nacionales
Lunes 2 de abril de 2012, Costa Rica

El miércoles pasado se cumplieron 11 años de su desaparición

Madre de ‘Panchito’ cifra esperanzas en nuevo retrato

Carlos Láscarez S.

clascarez@aldia.co.cr

Heredia - Para Ángela Potosme, el miércoles pasado fue un día muy duro.

Ese día su hijo Francisco Javier Sánchez, conocido como “Panchito”, cumplió 11 años desde que fue retenido por su padrastro en las afueras de escuela La Valencia, en San Rafael Abajo de Desamparados en San José.

Durante la entrevista, Ángela Potosme tuvo sentimientos a flor de piel. Recordó que a las 7:05 a.m. del 28 de marzo de 2001, vio por última vez a su hijo.

Vestía uniforme de escuela y por dentro llevaba el de Educación Física.

“Cada 28 de marzo la paso mal. Se lo llevó (el padrastro) para nunca saber de su paradero. Ese día de desayuno le hice un huevo frito y frijoles con natilla, que le gustaban mucho. Me dio un beso y un abrazo”, recordó entre lágrimas.

Como cada noche anterior al aniversario, le costó conciliar el sueño y pide respuestas al Señor, a quien aseguró más de cerca conocer tras un retiro espiritual efectuado en Ciudad Quesada.

Aunque le pagaba una buseta para que lo llevara y trajera de la escuela, Potosme señaló que ese día se quedó esperándolo.

Esa mañana “Panchito” le contó que había soñado que un perro negro lo seguía para morderlo. Esa fue el tema de la última conversación.

La madre recalcó que desde aquella trágica fecha, suele pedirle a Dios cada día que se lo traiga de regreso.

Cuando el padrastro se lo llevó, el niño llevaba mes y medio de cursar el primer grado, por lo que “casi no pudo estudiar”, dijo la madre.

Hoy, el menor estaría a escasos seis meses de obtener su cédula.

Ante la pregunta de cómo se lo imagina, ella dijo que debe estar grande y bonito. Por eso ansía encontrarlo y darle un gran abrazo.

“En mi corazón sé que el está vivo. Agradezco a la iglesia cristiana que visito en La Valencia de Desamparados, ya que oran por mí y la salud de mi madre, Josefa Dolores, quien sufre de epilepsia y salió adelante de dos operaciones en un mismo día”, aseguró en su casa, cuya dirección pidió mantener en el secreto.

Esperanzas cifradas en retrato

Días atrás, personeros del OIJ y la Fiscalía le entregaron a Potosme un nuevo retrato hablado de como luciría Francisco Javier en la actualidad.

En los próximos días emprenderá de nuevo un viaje a Nicaragua con la intención de entregar a los diferentes cuerpos policiales, así como a la Cruz Roja, la nueva imagen de “Panchito”.

También pretende pegar fotocopias en postes y en los diversos balnearios de ese país. Ya suman dos los retratos hechos por el OIJ desde el 2001.

La última vez que viajó a Nicaragua fue hace tres años debido a que tiene que cuidar de su madre y la economía familia es estrecha. “Dios no me ha desamparado. Tengo otra hija de 15 años que cursa el cuarto año de colegio, por lo que no puedo caerme. Como hermana ha sentido de cerca mi sufrimiento todo este tiempo. Ella lo extraña mucho. Ella tenía menos de cinco años en aquella época”, comentó Potosme.

Cree que este viaje no será en vano debido a que tiene una corazonada que no tuvo en el pasado. Esta vez cuenta con el apoyo de dos empresas de autobuses que le colaborarán con el transporte a Nicaragua.

Al padrastro no le guarda rencor

Rónald José Alvarado Sandino, excompañero sentimental de Potosme, fue sentenciado el 6 de febrero de 2003 a dos años de prisión por el delito de sustracción de menor.

Ese día le revocaron una orden de excarcelación y le impusieron seis meses de prisión preventiva.

Sin embargo, Potosme afirma que Alvarado no descontó ni un año de prisión, debido a que le rebajaron algunos días.

“A él ya lo perdoné. Ahora no le guardo ningún rencor. Antes de que se llevara a ‘Panchito’ me amenazó de que si lo dejaba, me iba a dar donde más me doliera. Nunca pensé que se atreviera a sacar al niño de la escuela”, expresó.

Una vez al mes, Potosme asiste a cita con un psicólogo al hospital San Juan de Dios.

Esta mujer de marcado acento nicaragüense aún conserva la ropa de su hijo. Con amor la lava y la seca al sol.