El Juzgado Penal de San José impuso ayer seis meses de prisión preventiva a una auxiliar de enfermería de apellido Barrantes, detenida el martes, como sospechosa de haber provocado la muerte de la paciente Lilliam Arias Prendas, de 55 años.
La medida fue dictada por la jueza Edelvais Sanabria, quien aceptó la petición de la fiscal Alejandra Arce González, de la Unidad Operativa de Dirección Funcional del Ministerio Público.
La audiencia para conocer la medida cautelar inició a las 7:30 a. m. en la sala 16 de los tribunales de juicio de San José, donde la sospechosa estalló en llanto, pero no manifestó ninguna declaración.
De acuerdo con Arce, la Fiscalía argumentó sobre la base del delito de homicidio calificado, al considerar que hubo una planeación por parte de Barrantes para ingresar al hospital San Juan de Dios y la utilización del uniforme, no como una enfermera pensionada, sino como parte de un plan para lograr su objetivo.
“Se aportaron los elementos de prueba que se tenían y que permitían ver que ella (Barrantes) tenía pleno conocimiento de lo se figuró y lo que hizo”, afirmó Arce.
Agregó que la tesis de la Fiscalía es que Barrantes traía la sustancia, Gluconato de Calcio, medicamento que en la condición que tenía la ofendida sí le podía causar la muerte.
“Aplica en el hecho de que sea un veneno que fue insidiosamente suministrado. Aunque sea un medicamento que puede generar algún beneficio en algunos pacientes, para Barrantes no tendría ese efecto”, aseguró la fiscal.
Sobre el supuesto tratamiento psiquiátrico que llevaba la auxiliar, la Fiscalía aseguró que esta tomaba medicamentos como cualquier persona mayor.
Además que las llamadas telefónicas que efectuó Barrantes la ubican en el hospital San Juan de Dios, previo y posterior al hecho, cuando se comunica la familia.
Incluso, como parte de las pruebas presentadas , se aportó el expediente de Recursos Humanos de la auxiliar, donde destacaban referencias de buenas relaciones con las personas y los pacientes que esta atendió.
