Washington, EE. UU./EFE.- Las autoridades de este país investigan al banco alemán Deutsche Bank y a otras entidades financieras globales, ante la sospecha de que podrían haber realizado operaciones con Irán, Sudán y otros países sometidos a sanciones internacionales, informó este ayer The New York Times.
El diario, que cita fuentes conocedoras del caso, indica que el departamento de Justicia y la oficina del Fiscal de Manhattan (Nueva York), están corroborando si estas entidades utilizaron sus filiales en el extranjero para hacer operaciones de miles de millones de dólares, vinculados a transacciones ligadas a Irán.
El caso de Deutsche Bank es el último de una serie de investigaciones abiertas contra firmas financieras globales desde el 2009, después de que las autoridades estadounidenses descubrieran que algunos bancos internacionales realizaban movimientos de dinero en nombre de entidades iraníes, aprovechando un vacío legal que fue enmendado en el 2008.
El banco alemán decidió en el 2007, “no participar en nuevos negocios con socios en países como Irán, Siria, Sudán y Corea del Norte y acabar con los negocios existentes en la medida en que fuera legalmente posible”, indicó un portavoz al diario.
Llevan ya tres años
Desde el 2009, el departamento de Justicia de Estados Unidos, el del Tesoro y la fiscalía de Manhattan, han trabajado conjuntamente para encausar a los bancos extranjeros que hayan utilizado sus filiales estadounidenses en nombre de países como Irán, Cuba y Corea del Norte.
El Gobierno considera a estos países patrocinadores del terrorismo y ha emitido sanciones que implican que ninguna entidad o particular en EE. UU. puede hacer negocios o realizar transacciones económicas con ellos.
Entre los bancos que se han visto implicados están el suizo Credit Suisse, el británico Lloyds y los holandeses ING y ABN Amro, a los que se les ha obligado a renunciar a una parte considerable de los activos involucrados y a pagar multas millonarias.
Esta semana el banco británico Standard Chartered acordó pagar una multa de $340 millones a las autoridades de Nueva York para poner fin a una investigación por supuestamente ocultar, durante casi una década, transacciones con entidades iraníes por valor de $250 mil millones.