Las pacientes que se colocaron implantes PIP en centro privados y decidieron cambiarlos por otros más seguros deberán correr con los gastos de la nueva cirugía de reemplazo.
Los cirujanos plásticos del sector privado anunciaron ayer que no asumirán los costos de eventuales reintervenciones quirúrgicas, pues aseguran que también son víctimas de la situación.
Alberto Argüello, presidente de la Asociación de Cirujanos Plásticos, Reconstructivos y Estéticos, aseguró que los médicos utilizaron las prótesis por estar avaladas por el Ministerio de Salud con base en el Registro Sanitario.
Según Argüello, dejaron de usar los implantes en 2010 por una alerta de la distribuidora en Costa Rica, pero no recibieron comunicación del Ministerio de Salud, en ese momento, acerca de una revocación del registro sanitario, que vence el 24 de enero de 2012. Se intentó conocer la posición de los jerarcas de Salud, pero no fue posible contactarlos.
Julián Solano, asesor legal del Colegio de Médicos, aseveró que el Estado autorizó un producto que luego se determinó que es riesgoso, por lo que existe una responsabilidad objetiva del Estado.
Argüello aseguró que no hay evidencia de que las prótesis causen daño, por lo que no recomienda un retiro indiscriminado salvo que haya señal de posible ruptura o alguna patología asociada.
Recomendó a las pacientes acudir al médico que les operó y someterse a una valoración y un seguimiento cada seis meses, pero que si deciden reemplazarlo, tendrán que pagar la cirugía.
“A la fecha no tenemos evidencia que diga que haya que retirarlo porque es dañino”, dijo.
No hay datos exactos de cuántos implantes PIP se colocaron a nivel privado. La CCSS colocó 372 implantes de esa marca francesa entre 2006 y 2010 por reconstrucción mamaria. Hoy comienza el reemplazo en el Hospital México.
