Redacción.- Desnutrido y ciego llegó Rabito a las manos de Lidia Arley Chacón quien le abrió las puertas de su hogar hace ya dos años.
Desde entonces, este gatito como buen callejero se da sus escapadas, pero regresa por un buen plato de leche y una cama caliente.
Su salud ha empeorado, pero sus dueños tienen fe en que los cuidados y el amor lo ayuden a mejorar. ¡Y así será!