Marsella/AFP.- Considerado un astuto inventor por algunos, o un simple estafador por muchos otros, Jean-Claude Mas, fundador de la empresas PIP, se alzó al tope del sector de prótesis mamarias poniendo en marcha un recurso engañoso que él ahora asume sin complejos.
Mas fue arrestado en la mañana del jueves en la residencia de su compañera, en el sur de Francia, en el marco de una investigación judicial por “homicidio y lesiones involuntarias”.
Mas hizo el servicio militar en Argelia, y posteriormente se dedicó “a una tienda de comestibles, y a muchos otros empleos”, vendiendo seguros y más tarde vinos y cognac, según explicó a la policía en una oportunidad.
En 1965 Mas se convirtió en visitador médico, haciendo promoción de remedios en consultorios y clínicas, antes de ingresar al grupo farmacéutico Bristol-Meyers, donde pasó 10 años.
En 1982 su vida dio un giro: se encontró con Dominique Lucciardi, quien administraba entonces una empresa de implantes mamarios y trabajaba con un cirujano plástico francés, Henri Arion, inventor en 1965 de una prótesis inflable llena de suero fisiológico.
Llenas de “gel casero”
Arion murió en 2004 en un accidente de aviación, y Mas decidió retomar la fórmula de su mentor, pero también inició sus trabajos con su propio gel “hecho en casa”, un producto que terminaría por ser el centro de un verdadero escándalo planetario.
Después de trabajar nueve años en el laboratorio administrado por los hijos del cirujano Arion, un período en el que hizo –de todo, de la investigación al desarrollo, de la producción al embalaje –, Mas fundó en 1991 la empresa Poly Implant Prothèse (PIP).
Dos años más tarde, mucho antes del estallido del escándalo, sometió su producción a la empresa alemana TÜV, especializada en control de calidad, que certifica los implantes y permite su comercialización.
En la década de 1990, PIP rellenaba sus prótesis con hidrogel y suero fisiológico, pero la calidad ya estaba ausente, lo que le costó varios procesos en Gran Bretaña y Estados Unidos.
En 2000, las autoridades estadounidenses hicieron sonar la alarma luego de una inspección en locales de PIP. Pero no ocurrió nada más serio.
Con la reautorización de la silicona en Francia, en 2001, Mas optó por el fraude: en vez del gel estadounidense Nusil, que declaraba a TÜV, usó un gel diferente, fabricado por él mismo y por lo tanto más barato, en el 75 por ciento de los implantes producidos.
Según un ex funcionario contable de PIP, el fraude le permitió ahorrar hasta un millón de euros por año.
Pidió a empleados callar
La maniobra fue escondida de los controles de TÜV, y Mas pidió a los empleados que ocultasen estadísticas sobre rupturas de las prótesis, y que en cambio presentasen datos comerciales falsos preparados especialmente en una “llave USB”.
Al mismo tiempo, Mas multiplicaba las iniciativas.
En 2001, el diario económico francés Les Echos informó que PIP lanzaría un modelo que le abriría nuevamente las puertas en Estados Unidos: una prótesis asimétrica, que ofrecía “resultados estéticos excepcionales”.
Al mismo tiempo, analistas económicos destacaban que PIP era "una empresa innovadora". Pero la tormenta se hizo inevitable en 2005, cuando los registros de ruptura de los implantes comenzaron a crecer.
Mas, que niega hasta ahora la toxicidad de su gel, ensayó un nuevo gel, concebido por un químico a quien prometió “un viaje soberbio” si encontraba la fórmula mágica, pero ya era demasiado tarde para evitar el escándalo y la empresa inició el proceso de quiebra en 2010.
Desde entonces, Mas, un septuagenario que dijo a la policía no ser “un hombre de dinero”, prefirió no hacer más apariciones públicas, y optó por permanecer la lujosa villa donde fue arrestado el jueves pasado.