Jerusalén, Israel/ EFE.- La ciudad tres veces santa, Jerusalén, amaneció cubierta por el manto blanco de una nevada, algo que no ocurría desde hace cuatro años.
Tres centímetros de nieve cubren los tejados y calles de Jerusalén, donde la Alcaldía ha tenido que sacar a los vehículos municipales para que limpien las calzadas antes de que, a la caída del sol esta tarde, comience la jornada sagrada del Sabath, en la que los judíos creyentes no pueden realizar trabajos y la mayoría de los servicios públicos israelíes no funcionan.
En algunas partes de Israel, como en la ciudad de Safed y en el territorio sirio ocupado de los Altos del Golán, los colegios cancelaron clases a causa de la nevada.
En Safed, las autoridades suspendieron el transporte público.
Según los meteorólogos, ayer se registró el día más frío del año en Jerusalén, donde la lluvia y fuertes vientos arruinaron los planes de cientos de turistas que pretendían visitar los lugares más significativos de las religiones monoteístas.
El mal tiempo llegó afectar al tráfico aéreo en el aeropuerto de Ben Gurión, donde un avión de la compañía holandesa KLM no pudo aterrizar y tuvo que hacerlo en la cercana isla de Chipre.
Los árboles arrancados y ramas caídas por el viento también dificultaron el tráfico rodado y en Tel Aviv la alcaldía puso en marcha un albergue especial para las personas sin hogar.
Pese a las incomodidades que produce, el manto blanco que cubre la vieja ciudadela amurallada y los copos de nieve al caer sobre la cúpula dorada de la Roca regalan hoy a los habitantes de Jerusalén estampas de gran belleza.