Islita, Puntarenas.- Medio escondidas entre los manglares puntarenenses, las 19 familias de la comunidad de Islita cumplieron un sueño por el que lucharon por más de 50 años.
Las humildes viviendas levantadas sobre pilotes de madera por fin tienen un acueducto. El líquido les llega desde Puntarenas, cruzando el lecho marino en una distancia de unos 3 kilómetros.
Atrás quedaron los estañones, pichingas y baldes en los cuales se almacenaba el agua traída en panga desde el puerto.
En el recuerdo también quedó aquello de tomar agua con tres días de almacenada y tener que bañarse de a poquitos.
“Viera que duro era traer el agua dos o tres veces a la semana para lavar, cocinar y bañarse. Ahora es otra cosa. Bañarse es mucho más rico y hasta instalamos un inodoro en la casa” comentó el pescador Mario Peralta.
A pocos metros de su casa está la de Shirley Díaz, quien aún no termina de creer que se haya cumplido el sueño de tener el agua disponible a toda hora con solo girar la llave.
“Toda la vida hemos luchado por esto. Era muy duro bañarse con una tacita de agua”, dice esta madre de dos niñas y con 30 años de vivir en la isla.
Ahora falta la luz
Luego de conquistar el servicio de agua los vecinos de Islita ahora toman impulso para una nueva batalla: llevar luz eléctrica hasta sus viviendas.
“Actualmente tenemos paneles solares, pero funcionan muy mal y solo sirven para el tele”, manifestó María Rafaela Velásquez.
